Cuando llegué a casa, indagué sobre LIBREOPINANTE en su web, vi quiénes eran algunos de sus colaboradores articulistas –algunos conocidos y otros muchos no-, así como las firmas invitadas. También, estuve buceando someramente sobre la génesis y las pretensiones de LIBREOPINANTE.
2023-01-15
Corría el mes de octubre del recién terminado 2022 cuando el senador socialista Fernández Palomino me comentaba si estaría dispuesto a ser colaborador de LIBREOPINANTE. Se trataría de escribir un artículo de opinión, sin cortapisas, cada cierto tiempo.
Hasta ese momento, las referencias que tenía sobre el medio era haber leído y visto algunas entradas que el propio Manolo Fernández o Ana Tudela me habían compartido o había podido ver en las redes sociales. Es más, incluso me había llegado a preguntar qué medio era, quién estaría detrás, qué ideología tendría o cómo se financiaría…, entre otras preguntas.
A Manolo lo dije que sí, que bueno… vale.
-Le paso tu teléfono a José María Hermoso-, me respondió Manolo.
Cuando llegué a casa, indagué sobre LIBREOPINANTE en su web, vi quiénes eran algunos de sus colaboradores articulistas –algunos conocidos y otros muchos no-, así como las firmas invitadas. También, estuve buceando someramente sobre la génesis y las pretensiones de LIBREOPINANTE.
Entonces me configuré una opinión más bien fundada en conjeturas e interpretaciones. Cierto es que sin mucho fundamento en sí mis respuestas eran las correctas o no y también con otras cuestiones en las que no terminaba de encontrar respuesta, pero lo cierto es que pensé en que podía ser una oportunidad: primero, de ser un medio para canalizar mis opiniones, mis reflexiones; segundo, de dar rienda suelta a algo que siempre me ha gustado –alguna vez he colaborado con medios locales de Martos como Día a Día o ALDABA-, aunque ni tengo experiencia ni lo hago especialmente bien, pero hay que empezar; y tercero, en un mundo tan líquido y fugaz como el actual, quienes nos dedicamos al compromiso público –y tan denostado- de la política -y lo estoy comprobando en estos últimos meses de primera mano- muchas veces el trabajo queda oscurecido, cuando no escondido, detrás o de los grandes titulares mediáticos e interesados, de la búsqueda de moldear la opinión pública de la población por parte de los grandes medios de comunicación, a la sazón grupos empresariales y corporaciones económicas y, por tanto, cargados de ideología teledirigida más que de información veraz, objetiva y transparente; y, en consecuencia, lo vi como una oportunidad.
Bien es cierto que José María intentó, infructuosamente inicialmente, contactar en varias ocasiones, primero, ese mismo fin de semana, luego coincidiendo con una sesión del Pleno del Parlamento de Andalucía, pero en un receso pudimos hablar.
José María Hermoso de forma muy diligente y clara me expuso qué pretendía con mi participación, lo que suponía LIBREOPINANTE y para qué había nacido, definiéndomelo desde la más amplia libertad, siempre y cuando se atendiera bajo los principios de “educación y respeto y con una visión inclusiva y sin discursos de odio”.
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