"No nos engañemos, si no hay una lucha organizada, si no hay movilizaciones, si no hay un compromiso colectivo y la convicción de que son imprescindibles para avanzar, el futuro está perdido."
2023-02-26
Es incuestionable que las grandes movilizaciones que se han producido en la historia han cambiado significativamente el curso de la vida de la gente. El Primero de Mayo es una lucha que reivindica derechos de los trabajadores, teniendo su origen en la conmemoración de la masacre que se produjo en una fábrica de Chicago en 1886; el voto de las mujeres también ha tenido que conquistarse con luchas que tienen su origen en 1848; en 1963 la marcha sobre Washington propició que los negros de los EE. UU. adquirieran derechos civiles y el derecho al voto. Así podríamos seguir poniendo ejemplos de movilizaciones sostenidas en el tiempo que han sido la causa de que actualmente tengamos derechos que parecían imposible conseguir.
Hoy estamos asistiendo a movilizaciones que, sin tener en principio la repercusión, por ahora al menos, de las mencionadas, están poniendo en serios apuros a los gobiernos correspondientes. Las manifestaciones en Francia contra la reforma de las pensiones están dificultando seriamente la aprobación de la nueva ley de pensiones; igualmente en España hay actualmente reivindicaciones en diferentes autonomías contra los recortes de los presupuestos en sanidad y el intento de privatización de algunos servicios sanitarios; también está produciéndose movilizaciones por el derecho a unas pensiones públicas y de calidad. Parece que algo se mueve en una sociedad adormecida e impasible contra la agresión que desde hace años se está dando contra los derechos que dieron lugar al llamado Estado de Bienestar.
Uno de los mayores éxitos del neoliberalismo ha sido la desmovilización de la sociedad cautivada por el consumismo y convencida de que lo que merece la pena es luchar por conseguir el éxito, consistente en tener y derrochar, cuando no competir con tu igual por repartirse la mínima porción del pastel que nos dejan. El desprestigio que los sindicatos sufren hoy tiene mucho que ver con lo dicho. La poca capacidad de movilización de la que actualmente tienen no es casual, al margen de errores propios, sino algo orquestado. Mientras tanto el capitalismo, con sus medios y sus lacayos, en forma de lobby o partidos políticos, no ceja en trabajar para recortar derechos o impedir la consecución de otros.
El día 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer que va a sacar a la calle a miles de mujeres y hombres que luchan por la igualdad de la mujer y por derechos que, de no haberse dado esta movilización, sería impensable que hoy estuvieran recogidos en leyes como la del “Sí es Sí”, por ejemplo. Y es importante salir a la calle porque a pesar de lo conseguido queda mucho por delante y porque a la menor oportunidad que se baje la guardia se recortará lo conseguido.
No nos engañemos, si no hay una lucha organizada, si no hay movilizaciones, si no hay un compromiso colectivo y la convicción de que son imprescindibles para avanzar, el futuro está perdido.
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