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SEBASTIÁN LÓPEZ MATEOS
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2024-09-08
Inmigración
“En una cosa podremos estar todos de acuerdo: en esos mares y desiertos mortíferos, los migrantes de hoy no deberían estar. Pero no es mediante leyes más restrictivas, no es mediante la militarización de las fronteras, no es mediante rechazos como lo conseguiremos”. “Hay que decirlo claramente: hay quienes trabajan sistemáticamente por todos los medios para repeler a los emigrantes. Y esto, cuando se hace con conciencia y responsabilidad, es un grave pecado”. No son palabras de ningún social-comunista, como diría la ultraderecha y la derecha extrema, son palabras del Papa Francisco.
Creo que es inútil intentar que, desde posiciones ultramontanas, se entienda a las migraciones como un fenómeno social que existe desde que el ser humano apareció por este planeta llamado Tierra. Construir muros, militarizar las fronteras y legislar restrictivamente, como dice el Papa Francisco, no va a eliminar este comportamiento social que tiene una explicación tan básica y tan constante. Cuando las condiciones de vida de una persona, o de muchas personas, en el caso del que no ocupamos de millones de personas, son tan precarias, por falta de alimentos, o de la posibilidad de acceder a ellos, por ser perseguidos…, huyen para mejorar su situación.
Y a pesar de todo, creo que debemos hacer un esfuerzo para explicar el fenómeno, sobre todo, para intentar que se entienda, si no por la ultraderecha sí por la gente corriente, sencilla y noble que, a veces, cae en las redes de los que propagan los discursos xenófobos llenos de odio y de desprecio hacia el inmigrante y el extranjero pobres.
Hay razones de todo tipo para entender el fenómeno migratorio; las hay históricas, las hay humanitarias, económicas, las hay de tipo ético y moral y las hay de tipo social.
Debemos recordar que los países de donde vienen los inmigrantes son aquellos que, en los tiempos del colonialismo europeo de África, allá por el siglo XIX, fueron ocupados y saqueados durante muchos años y aún se sigue haciendo, ahora, con métodos más “sofisticados”. También tenemos que recordar que una de las válvulas de escape que tuvo la economía, en la España de la posguerra, fue la emigración de miles de españoles y españolas a países europeos, lo que permitió traer remesas de divisas para que muchas familias pudieran sobrevivir y rehacer su vida. Algunas de ellas, incluso, se quedaron en esos países. Rara es la familia en España que no ha tenido o tiene actualmente un familiar emigrante.
Insisto, para la ultraderecha y la derecha extrema que propagan los discursos xenófobos, no hay razones que les haga comprender el fenómeno migratorio, porque el odio nubla sus entendederas, pero, aun así, les voy a dar otra razón demográfica y económica. En 2023, en España, nacieron 322.075 personas y murieron 433.163, lo cual muestra que el crecimiento vegetativo es negativo, algo que ya viene sucediendo desde hace 6 años seguidos. Esto está provocando un envejecimiento de la población que tiene consecuencias en el crecimiento económico, las inversiones, el consumo, las pensiones, etc. (Sobre todo esto habría mucho que debatir, pero no es el caso) Pues bien, con la inmigración la población se rejuvenece y, evita el envejecimiento excesivo de la población española, lo que repercute en la corrección de los problemas económicos anteriormente citados.
Hay, en fin, muchas razones que explican el fenómeno migratorio, pero hay una que debe ser definitiva: abrir los brazos a las personas inmigrantes es un acto de humanidad y un derecho humano indiscutible por ser habitante del planeta Tierra.
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