6-11-2022
Decía hace nos días un “sabiondo” tertuliano que hay que recuperar el bipartidismo para reconducir la política española de manera que ésta volviera a ser lo que fue. No se pudo reprimir y naturalmente desembocó en lo que realmente quería decir: el gobierno no puede estar condicionado por los extremistas y radicales de Unidas Podemos.
Acudí a mi memoria y encontré algunos de los episodios de esa “idílica” etapa del bipartidismo a la que se refería el susodicho tertuliano: desmantelamiento de la industria, entrada en la OTAN con el slogan “de entrada NO a la OTAN”, terrorismo de estado de los GAL, corrupción, financiación ilegal de partidos, entrada en guerra de Irak con la excusa falsa de armas de destrucción masiva, intento de golpe de estado del 23 F, atentados del 11M intentando por parte del gobierno de achacárselos a ETA, desahucios…Evidentemente estos casos no son extremistas y sí moderados porque lo hicieron gobiernos autodenominados moderados de centro derecha y centro izquierda.
Repaso noticias de los medios de información de los últimos meses y encuentro medidas adoptadas por el gobierno de coalición social-comunista: subida del salario mínimo a 1.000 euros, salario mínimo vital, ERTES para evitar mandar al paro a 3´5 millones de trabajadoras y trabajadores, prestación a 1´5 millones de autónomos que han tenido que cerrar sus negocio en época de la pandemia del coronavirus-19 y exención de su cuota, prohibición de despidos a trabajadores acogidos a ERTES, prohibición de desahucios…Evidentemente estas son medidas de radicales y extremistas porque están hechos por los agitadores de Unidas Podemos y por los socialistas, socialistas como diría el humorista David Navarro.
Cuando denomino este artículo de esta manera es porque el lenguaje es una herramienta de poder y control. EL PODER se encarga de dar un contenido negativo a ciertas palabras y positivo a otras. Se intenta, y se consigue, que palabras como extremista y radical tengan una carga en su significado negativa, sino violenta, y otras, como moderado y centro, tengan connotación positiva. Si se califica a este gobierno como extremista y radical es porque el imaginario colectivo lo asume sin más con ese sentido negativo.
El gran logro de la derecha política y mediática radica en que ha conseguido un discurso que le ha permitido la hegemonía en la sociedad actual. Ha tenido claro que el propósito de todo discurso es conseguir que la audiencia haga, crea, sienta y comprenda una serie de ideas y conceptos afines a sus intereses.
“Por sus hechos los conoceréis”, es una cita bíblica que en más de una ocasión he utilizado. Sería conveniente que nos aplicáramos estas palabras a la hora de juzgar a este Gobierno o a cualquier otro. Por cierto, esta cita fue dicha por un tal Jesús de Nazaret al que también lo tachaban los sabiondos de la época de extremista y radical.
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