Ser zurdo hoy en día se ha normalizado, pero en la época de nuestros abuelos, ser zurdo era tener mala letra, mal augurio y denotar diferencia entre el resto. Nací zurda. Se intentó que...

2023-06-04

Ser zurdo hoy en día se ha normalizado, pero en la época de nuestros abuelos, ser zurdo era tener mala letra, mal augurio y denotar diferencia entre el resto. Nací zurda. Se intentó que fuese diestra, pero me rebelé al respecto. No obstante, cuando he de cortar siempre uso la derecha. Para escribir únicamente la izquierda. Cuando muchas veces me he puesto a escribir en una cafetería o por ejemplo escribir frente a alguien, he notado miradas e incluso opiniones compartidas, como: vaya, eres zurda. Algunos de mi familia también lo son. Antes nos pegaban en la mano con la regla si nos veían ejercer las tareas con la izquierda. Me espanto ante esta idea. Sé que antes esta ideología tomaba el camino supersticioso. Éramos siniestros para la sociedad. Éramos brujos y chamanes. En China, ser zurdo era poseer una parte mala. En el mundo islámico ser zurdo es ser sucio. Hoy en día incluso si se estrecha la mano a alguien con la izquierda puede representar un indulto o falta de respeto, pero claro, eso depende del país. Cierto es también que, aunque hoy en día hay más facilidades para los utensilios del zurdo, aún no se han llevado a cabo en las aulas las sillas que llevan articuladas una mesa que se encuentra principalmente del lado derecho. Me he encontrado con esto en muchas clases de estudio y he tenido que usar a veces el pupitre derecho con dificultad. También incluso cuando voy a algún establecimiento donde se requiere una firma también los hay en el lado derecho. Es como si estuviésemos en parte recluidos de la normalidad. Como buena zurda que soy, tengo la peculiaridad de escribir con el puño abrazando el bolígrafo y la mano torcida. A veces me han llegado a decir que como es posible que pueda escribir de esa manera. También sufro con el típico emborronamiento de tinta en los dedos y en el canto de la mano, incluso a veces he llegado a mancharme el puño del jersey. Es incómodo y a veces me ha dado vergüenza cuando después quedo con alguien. A lo largo de la historia ser zurdo era abstenerse a la discriminación. Leí en alguna parte que los motes que se les daba al zurdo era una manera sarcástica de decir que el pobre chico o la pobre chica, era torpe. Se dice que ambos hemisferios cerebrales concuerdan en que el izquierdo (activo en los diestros) tiene capacidad de lenguaje y la deducción, mientras que el derecho (activo en los zurdos) tiene capacidad de memoria visual, creatividad y apreciación. Siempre me he sentido orgullosa de ser zurda y el hecho de serlo no me hace ser distinta o inferior. Conozco a gente zurda y compartimos esas ventajas y desventajas a las que nos enfrentamos en tema de materialismo. He intentado usar bolígrafos para zurdos e incluso tijeras y sacapuntas, pero me amoldo bien a los tradicionales. Cada zurdo es un mundo. Se dice incluso que son implacables con las matemáticas y otras áreas complicadas. No es mi caso. Sin embargo, desde que tengo uso de razón, siempre me ha gustado la lectura, la escritura, la pintura y el arte de la observación. Hoy en día en internet pueden verse numerosos artículos elogiando el mundo del zurdo y el ambidiestro. Creo que el cerebro es un universo del cual solo conocemos la mitad. Se estima un porcentaje del 15 % de zurdos en nuestro país, pero creo que es una base. Hay más zurdos rondando por ahí. Así que, zurdos del mundo, alcemos con orgullo la mano izquierda y sintámonos orgullosos de poseer el don de escribir y ser nosotros mismos con el lado predilecto de nuestra existencia. J. M. Morgan dijo lo siguiente: la izquierda es la mano del destino, la derecha de la voluntad.


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