Pongo la mano en el fuego

31-07-2022

Acabo de leer que el Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia del llamado caso ERES del partido de los 125 años de honradez. Resulta que Griñán debería entrar en talego, maco, sobre o, más finamente, cárcel.

Sin embargo, el otro que también queda como chorizo, Manuel Chaves, no entrará, aunque si conlleva su condena inhabilitación para cargo público, cosa que tiene difícil explicación. También condenada Magdalena Álvarez, que incluso llegó a ministra de hacienda en el gobierno de ZP, de tristísimo recuerdo para los españoles, o al menos así debería ser. De igual manera, que otros muchos altos cargos socialistos.

Hay que recordar que, desde el principio, querían derribar a la afamada y valiente jueza instructora, Mercedes Alaya, a la que le cayó de todo. Que si estaba loca, que si era del PP, en fin, de todo para que desistiera. Sin embargo, esta valiente mujer, siguió adelante con su trabajo, hasta que consiguieron apartarla del puesto con artimañas legales. Luego el partido cambió de táctica. Intentaron blindarlos, llegando a nombrar a los dos principales pájaros de la lista, presidentes del partido. Como veían que no tenía los efectos esperados, decidieron interrumpir los plazos, haciéndolos más largos de forma indecente, a ver si así dormía el sueño de los justos. Razón por la cual, a todos ellos, pero especialmente los caciques más “gordos”, renunciaron a su inmunidad parlamentaria, para que volviera a los juzgados de instrucción. Adornando ese proceder tan “choricil”, valga la expresión, con el consabido run run, de que para que los pobres del mundo viéramos que eran inocentes puesto que no se habían enriquecido, no aceptaban privilegios, pero no coló. Muchos años después, ha llegado a su fin el procedimiento judicial, algo suavizado, pero incuestionable.

Ahora yo me pregunto, ¿pedirán perdón? ¿entrarán en la cárcel como el resto de los reos de la justicia? El tiempo lo dirá, aunque no soy muy optimista. Y qué pasará con las manos achicharradas del grupo de poder que ahora asfixia al partido, como si de una boa constrictor se tratara ¿Darán la cara y enseñarán las manos para que podamos comprobar las quemaduras de tercerísimo grado padecen? O simplemente correrán un tupido velo, porque lo que no se ve en la tele, ni en el resto de los medios, no existe. Y, sobre todo, ¿qué pasará con las fotos en las que todos ellos aparecen rodeándolos, mientras los homenajeaban? Porque hay que recordar que el actual líder del “clan” Juan Espadas, formó parte del último gobierno de Chaves y del primero de Griñán, que siguió tirando de esa cantera inagotable que el partido posee para doblegar la legalidad, la honradez y/o la moralidad. Ya que hay que poner sobre la palestra, que solo se han juzgado cinco de las de 100 piezas en que se diseccionó el caso principal, con la intención de que todo se fuera quedando por el camino.

Pues ahora esa condena ha llegado, y espero que el resto, poco a poco lleguen también. Sin embargo, mi máxima preocupación es que pasará con los bolsillos de cristal que todos ellos decían tener. Recordemos que, al poner las manos en el fuego, sobrecalentarán dicho cristal y posiblemente, reventará en mil pedazos. Igual que lo hizo la esperanza que algunos teníamos en que la cosa cambiaría. Y efectivamente lo hizo, pero para peor.