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R. S. DE LA TORRE
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2024-08-25
Mortadelo y Puigdemón
Cuando ya creíamos haber entrado en un bucle, algo parecido a esa famosa película titulada el día de la marmota. En la que el protagonista se queda encerrado en un día de su vida, del que no salía. Así, un día y otro, sin que nada parecía poder acabar. Habíamos alcanzado ese mismo sentimiento de hastío, de tedio, incluso de indefensión respecto a este gobierno que nos despoja de nuestro dinero a base de darnos el sablazo fiscal, tanto directo, como indirecto, incluso encubierto, como grandes trileros que son. Algo parecido a los antiguos charlatanes que pregonaban a los cuatro vientos, eso sí, con mucha gracia y derroche de verborrea, que ese aparato que vendían, casi regalaban decían. Y por si eso fuera poco, te regalaban cuatro tabletas de turrón. Ya me dirán ustedes para qué queríamos el turrón en pleno verano de feria; aun así, te ibas a tu casa con el dichoso aparato y tus cuatro tabletas de turrón. Para comprobar una vez en casa, que eso no funcionaba como a él y terminaba sus días guardado o perdido en algún rincón de la casa. Tú sabías que te habían engañado, pero no decías, ni hacías nada, porque no había nada que hacer y la pasta, ya no la ibas a volver a ver.
Ahora resulta que no solo nos presentan, que nos van a robar mucho más, para dárselo a los independentistas catalanes. De los cuales ya forman parte sin tener que esconderse, a través de ese doble de mortadelo, llamado Salvador Illa, también conocido como el enterrador, como triste homenaje de su paso por el ministerio de sanidad durante la pandemia. Y encima tenemos que darles las gracias, puesto que es mucho más justo, en aras de reconocer tanto la singularidad catalana y, por supuesto, la estupidez y la servidumbre del resto de los territorios, como ahora los llaman. De igual forma, nos hacen ver que, aunque no lo dijéramos abiertamente, no solamente es mucho más justo, ya que nos iguala mucho más. Si no, lo que es mejor todavía, es el camino hacia la federalización de España. O como dijo el tal Illa, ese espacio compartido que es España. Lo cual es de traca, ya que, aunque la pasta la ponemos los españoles, algo de lo que ellos huyen, porque les da lache reconocerse como tales.
Pues, como dice la ley de Murphy, todo lo que puede empeorar, empeora. Este gobierno, manchado hasta el corvejón por la corrupción y el sirle, empeñado solo en no perder el poco poder que le queda a nivel, tanto a nivel nacional, como el autonómico en Cataluña, venía reuniéndose en secreto a voces con los golpistas.
A los cuales les venía reconociendo que iban a seguir llevándoselo crudo, todos y cada uno de los cargos institucionales de Esquerra republicana.
Lo de, sin hacer nada, no había que incluirlo en el pacto, porque eso ya se da por entendido y amortizado. Pues como los malpensados del país, entre los cuales me encuentro. Creíamos que eso no sería todo, porque, aunque ha seguido el mismo camino que todas las demás prebendas otorgadas, llámese indultos, amnistía, etc. En las cuales, las semanas anteriores a la concesión o bajada de pantalones, como lo quieran llamar. Venían saliendo los y las más aventajados/as en el arte del trile, diciéndonos a la cara que eso era imposible, porque no era constitucional, que iba contra el sentido común o contra el principio de igualdad de todos los ciudadanos. De golpe, salían reconociendo que se había llegado al acuerdo en aras de conseguir la convivencia en Cataluña, de conceder todo aquello que era imposible por ilegal la semana anterior y asumiendo el mismo discurso de los golpistas, porque ellos lo valen.
Ahora nos enteramos que no solo les vamos a perdonar la tremenda deuda que tienen, sino que les vamos a dar toda la recaudación de impuestos, a través de reconocer su derecho a tener su agencia tributaria propia, el reconocimiento a sus selecciones nacionales, y como no, el reconocimiento formal, y no a través del hecho consumado como hasta ahora, de la erradicación del español como lengua vehicular. Aunque sea el que más usan las familias para comunicarse. Y ‘ay’ del que ose parlar español, o reconocer que alguna vez fue español. Yo creo que incluso podrían prohibir a ese equipo de fútbol cuyo nombre es ese, precisamente. Eso sí, su BarÇa de su alma seguirá en la liga, porque la pela es la pela.
Pues todo eso, no es nada. Al lado de lo ocurrido con ese personaje, huido de la justicia cada día más mancillada, al cual pagamos una vida de ensueño en Waterloo, aunque él siga pregonando que está exiliado. Resulta que él mismo nos había dicho que vendría tal día, entraría por tal puerta e iría al Parlament, no como libre oyente, sino con ánimo de decirnos a la cara lo imbéciles que somos, por no volver a hacerlo presidente de la Generalidad de Cataluña. Pues, aunque parezca increíble, resulta que lo hizo. Llegó ese día, se presentó andando por las calles de Barcelona, entró por el arco del triunfo y ascendió a un escenario que le habían preparado. Allí nos volvió a decir lo imbéciles que somos y que él, como supremacista que es, es casi Dios. Se bajó después de arengar a los suyos que lo aclamaban y se fue de la misma forma que había llegado. Y todo ello en el más riguroso directo. Yo, sinceramente, creía que ya no me podía extrañar por nada de lo que hacen todos estos golfos autodenominados políticos. Sin embargo, he de reconocer que me asombré de lo que veía y no podía creer. Desapareció, con los mossos que decían vigilarlo para detenerlo en cuanto tuvieran oportunidad, razón por la cual lo dejaron para cuando se montara en el coche, ya que no tenían claro el hacerlo en mitad del mitin, imagino para no atentar contra su libertad de expresión. De esa forma, totalmente controlada, se escapó. Y cuando se les pidió una explicación del cómo y por qué, resulta que cuando iban siguiéndolo, los perseguidos se saltaron un semáforo. Y ellos, siendo agentes de la autoridad, no iban a hacer tal cosa, tan delictiva y tan mal hecha.
Luego nos enteramos que para detener a ese personaje conocido por el yoyas, pusieron hasta drones.
A todo esto, el gobierno de la todavía nación española, aunque están próximos a venderla a precio de saldo, callados como muertos. Y una semana después, solo reconocen que eso era responsabilidad de los mossos. Pero que yo sepa, si no es así, ruego, me lo digan, como cualquier otro cuerpo de policía, que depende en última instancia del mismo ministerio del interior. Que además dice que no puede hacer nada por controlar las fronteras, por ser espacio Schengen. ¿De verdad somos tan tontos como nos hacen creer? Porque eso no ha sido obstáculo cuando les ha interesado hacerlo, como durante la pandemia, la reunión de la OTAN, y tantas otras veces. Cuando la realidad, es que ni la policía nacional, ni la guardia civil, ni tan siquiera el CNI, podían hacer nada. Por la sencilla razón de que no existen allí, ya que se han encargado de ir echándolos poco a poco. Y los pocos que podrían estar allí, tienen órdenes de no intervenir. Respecto del dónde podían venir esas órdenes. Yo respondo con preguntas: ¿de quién depende la Fiscalía? Exacto, de esos mismos, que después de mandarlos al matadero cuando las pintan bastos, como vulgarmente se dice y luego acceden a que sean juzgados por obedecer. Del gobierno de turno, si esos mismos que cuando toman posesión de sus cargos, que conllevan pingües sueldazos, juran o prometen guardar y hacer guardar las leyes y la Constitución. Algunos incluso tienen la cara dura de hacerlo con esa coletilla de por imperativo legal.
Aunque en esta ocasión creo que han llegado demasiado lejos, puesto que ni tan siquiera el gran Ibáñez, habría imaginado esa historieta de tebeo. Y como escribía al finalizar en muchas de sus historietas para describir las ganas de llorar de pura vergüenza, termino yo esta narración en homenaje a mi niñez tan feliz leyendo y releyendo sus historietas. SNIF
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