Pues resulta que los magistrados elegidos para esa corrala de personas cuyas togas ya van llenas de fango del camino, no es que parezcan activistas. Es que se definen como tales. Dos de ellos han sido altos cargos del mismo gobierno que los ha promovido para el cargo: uno, ministro de Justicia y el otro, otra en este caso: directora general de asuntos Constitucionales en el Ministerio de la Presidencia; además de asesora de la Generalitat de Cataluña. Y, por tanto, contraria de que se juzgara a los ahora indultados y blanqueados golpistas, ya dispuestos para volver a presentarse a las elecciones.

2023-01-15


Que estamos ante una muerte anunciada, para mí no es noticia desde hace tiempo. Porque no solamente el desastre que se nos viene encima está promocionado desde Europa. Ahora esta gentuza, a quien nadie ha votado, por cierto, da una vuelta de tuerca más, por parecer más verde que las espinacas. Se sacan de la manga sus últimas medidas de ahorro: llevar encima tu taza para el café y reutilizar la ropa. Desde luego no me discutirán la brillantez de estas medidas, promocionadas desde las alturas de cada uno en su avión.

Pero aquí todavía estamos peor. Resulta que después de tanto remover la renovación del TC, ahora quienes que entran en la palestra del reparto del poder, enseñan la patita. Hasta ahora yo siempre había creído que jueces y magistrados estaban, para proteger la convivencia de los ciudadanos utilizando la ley. Y si alguna ley, después de aplicarla en sus fallos, creen o estiman que son injustas y/o inconstitucionales, evacuan una cuestión de inconstitucionalidad de dicha ley. Pero resulta que estaba equivocado.

Ahora es el TC quienes van en contra de las leyes que juran o prometen no solo proteger, sino aplicar. Bien es verdad que viene de lejos, ya que el Tribunal “prostitucional”, se pronuncia siempre en función del pago recibido. Puesto que tenemos ejemplos para dar y tomar, como el fallo que evacuó acerca de la expropiación de Rumasa; o la no pronunciación de las 157 cuestiones de inconstitucionalidad de la mal llamada ley de violencia de género, que se carga de una sola tacada los principios más importantes de las leyes penales, como el de presunción de inocencia, de igualdad ante la ley, de tutela efectiva, y algunos otros, siempre en mi humilde opinión. Ya que no solo nos imponen leyes penales de autor, de triste recuerdo para la historia de la humanidad, sino que nos vuelven a traer los “apolillados y casposos tribunales de honor”.

Pues resulta que los magistrados elegidos para esa corrala de personas cuyas togas ya van llenas de fango del camino, no es que parezcan activistas. Es que se definen como tales. Dos de ellos han sido altos cargos del mismo gobierno que los ha promovido para el cargo: uno, ministro de Justicia y el otro, otra en este caso: directora general de asuntos Constitucionales en el Ministerio de la Presidencia; además de asesora de la Generalitat de Cataluña. Y, por tanto, contraria de que se juzgara a los ahora indultados y blanqueados golpistas, ya dispuestos para volver a presentarse a las elecciones.

Por si esto fuera poco, resulta que otras dos, María Luisa Segoviano y María Luisa Balaguer; se declaran “feministas”, o sea partidarias de aplicar ese “reflujo” de no sé muy bien que, llamado perspectiva de género a las leyes. Pero es que, además, la segunda de ellas es todavía peor. Porque se declara además marxista y partidaria del “constructivismo jurídico”. Por lo que para ella las leyes no son más que una herramienta de la lucha de clases y, que el derecho positivo ha de ser superado en aras de la consecución de ese “Pan estado” del bienestar donde todo es amor y felicidad. De ahí que diga: “estoy para generar nuevas posiciones en el derecho; si estoy para ratificar el positivismo jurídico, no es necesario, se coge un libro y ya está”. Quien quiera entender, que entienda. A mí me suena a referéndum catalanista, ya que encima de sobrero tienen a Conde-Pumpido.


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