22-05-2022
En estos días observo con gran estupor, que los mismos, mismas y mismes, que tanto silbaron e insultaron públicamente a Chanel, por haber sido elegida para representar a España en el festival de Eurovisión. Cargaban contra el sistema de elección en el Benidorm Fest, con la fácil que es decir festival. Que, si promocionaba la prostitución, que, si era choni, barriobajera y, además, por si fuera poco, cubana… También he de reconocer que me bajé del carro de espectador de Eurovisión hace ya mucho tiempo, por lo que tampoco lo vi. Pero al día siguiente hubo gran revuelo, tanto en los medios, como en las redes sociales. Haciendo mención a la gran actuación de la artista, a la cual encumbraban a la cima del éxito “moral”.
Ahora los mismos partidos, porque aquí todo lo corrompe los
partidos políticos, en su afán de controlarlo todo. Puesto que tienen miedo de que un día despertemos y los mandemos a todos al guano. Madrugaron, (es un decir), para celebrar la gran actuación de esa gran artista. Ahora ya era una gran luchadora, trabajadora, incluso era una gran abanderada de la lucha feminazi. Ese mal llamado feminismo que nos empuja cada vez más al oscurantismo y a la subversión. Cuando no al vivo enfrentamiento.
Como reflejo del pensamiento político en este país, es bastante acertado. Si no, fíjense por poner algunos pocos ejemplos. La semana pasada también fue a Cataluña el Sr Feijoo, para hacer el mismo discurso que antes que él, ya había hecho Casado ocupando su mismo puesto. Con esa indefinición de no decir nada, y lo poco que dice es que hay que arrodillarse ante los golpistas catalanes, que son muy leales y que su nacionalidad, hay que respetarla. Porque han de volver a ser el motor económico de España. Esto que ya de por si es grave, ahora viene Elías Bendodo, que según dicen lo ha hecho muy bien aquí, en Andalucía, algo más que discutible. Y para no dejar mal a su amo y señor, dice que Andalucía también es una nacionalidad, al igual que todas las comunidades autónomas. Cuestión que pone sobre la mesa ese despilfarro tan tremendo que nos lastra y que nos hace rememorar a los reinos de Taifas. Puesto que todo parece indicar que terminaremos como ellos.
Mientras, se aprueban leyes que nos van separando un poco más cada día, y que nos llevan al fondo de no sé bien dónde. Ahora eso sí, los problemas reales, como esa inflación que nos asfixia al ir a comprar alimentos de primera necesidad, o combustible, o electricidad, o, tantas y tantas cosas, que acabarían mis 3360 caracteres y todavía estaría enumerándolas. Con eso los que pagamos, siempre somos los mismos, mientras nos quejamos en el bar.
Por si fuera poco, ayer mismo Bruselas salvó a Sánchez, aún a sabiendas de que todos los datos macroeconómicos que presenta son mentira. Maquillándolos de forma drástica, la tasa de crecimiento al 4% y la inflación media al 6.3%. Maquillaje que no disimula lo mal que vamos, como así lo constata la tremenda reducción en el consumo de las familias en los productos realmente necesarios. Si rascamos un “poquillo”, como decimos en Graná, podemos ver que lo que realmente hacen es mandarnos el mensaje de que la inflación, verdadero impuesto a los pobres, ha venido para quedarse.
Pero no pasa nada, ellos seguirán siendo la clase dirigente desde las poltronas, aumentando una deuda que nos aplastará.
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