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MANUEL PEGALAJAR PUERTA "el neofascismo nos está asalvajando, |
2025-09-07
Normalizar la barbarie
Estamos normalizando el genocidio que está cometiendo Israel contra el pueblo palestino, viéndolo a diario en imágenes en tiempo real; estamos asumiendo, sin que se nos despeine el alma, que un botarate que en el futuro próximo podría ser vicepresidente o, quién sabe si incluso presidente del Gobierno, diga que hay que hundir un barco que se dedica a salvar a gente en el mar, mientras observamos como algo normal que se agreda verbalmente y que intenten hacerlo físicamente a un periodista en la puerta de su casa. Está entrando en la normalidad de este país de todos los demonios que un grupo neonazi asalte y golpee a dos niños del Centro de Primera Acogida de Hortaleza, en Madrid, por el simple hecho de ser eso, menores acogidos.
Observamos con normalidad cómo el concejal de festejos del PP de una ciudad de la Comunidad de Madrid de casi cien mil habitantes —San Sebastián de los Reyes— arenga desde el balcón del Ayuntamiento, en el marco del pregón de las fiestas locales, a una muchedumbre de indocumentados maleducados que llaman hijo de puta al presidente del Gobierno. Algo parecido ocurre en Huesca, donde Octavio López, consejero de Fomento, Vivienda, Movilidad y Logística del Gobierno de Aragón (PP), le dice a la alcaldesa “déjales, déjales, que están contra Pedro Sánchez”, cuando se escuchaba el mismo cántico de Pedro Sánchez, hijo de puta durante el pregón de las fiestas oscenses.
Lo cierto es que el neofascismo nos está asalvajando, desposeyéndonos de cualquier vestigio de humanidad que, en otro tiempo, el sistema, el capitalismo, de alguna forma consideraba asumible. Ya no, ahora lo que este capitalismo en modo fascista denomina despectivamente como buenismo es una cosa carca, rancia y mandada a desaparecer, y la racionalidad que encierra la conocida sentencia que afirmaba aquello de que “dato mata relato” ya no se cumple, porque la estupidez está matando a la sobriedad que se explicitaba con el conocimiento de la realidad. Ahora cualquier mindundi cultural puede triunfar lanzando bulos y/o gilipolleces porque hay un enorme mercado de analfabetos sociales deseosos de recibir, para después divulgar, esos bulos y esos excrementos que generan la ignorancia y la estupidez.
Es así cómo, en pleno siglo XXI, nos encontramos desde individuos que aseguran que la Tierra es plana —estos, de todas formas, son en principio los menos peligrosos socialmente— a eminentes neofascistas que niegan la evidencia científica del cambio climático, o la sangrante existencia de la violencia/terrorismo machista o, en ese mismo grupo de sobrevivientes de la etapa neandertal, gente que te dice que nos están invadiendo los migrantes; son los portavoces de la conocida como “teoría del gran reemplazo”, según la cual la población blanca cristiana europea estaría siendo sistemáticamente reemplazada por pueblos no europeos —árabes, bereberes, norteafricanos, subsaharianos y otros—, y todo ello desde un total desconocimiento de la historia, porque esta gente, que ve un libro y sale que se las pela, ni sabe ni quiere saber, ni mucho menos aún reconocer el legado artístico y monumental que nos dejó la cultura árabe, porque ellos y ellas son españoles de pura raza, con pedigrí certificado por Abascal y bendecido por la Virgen del Pilar, y los demás, quienes no pensamos como ellos o, sencillamente pensamos de vez en cuando, no somos españoles, aunque paguemos nuestros impuestos y no tengamos nuestros cuartos en un paraíso fiscal.
Es el mundo puesto del revés, en el que la estupidez y la indolencia más descarnada han reemplazado al sentido común, la humanidad y la mesura. Sobreviviremos… luchando contra ese mundo.
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