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MANUEL PEGALAJAR PUERTA "hacendoso e infatigable Abascal, paradigma de la España que madruga, |
2025-07-27
Hablar es gratis
Creo que lo peor que nos están dejando estos tiempos, en los que las redes sociales constituyen el Aula Magna del conocimiento, es el increíble número de especialistas, e incluso doctores y doctoras en las distintas ramas de la ciencia, eso sí, sin necesidad de que estas eminencias se hayan tenido que molestar siquiera en matricularse, muchos menos en estudiar las correspondientes asignaturas.
Es algo cotidiano encontrarte en el autobús o en el supermercado con la sabiduría de ese tipo que, en un santiamén, deja a la altura del betún a la AEMET con su irrebatible sentencia “en verano siempre ha hecho calor”, para aclarar y resumir sucintamente lo que está ocurriendo climatológica y mediáticamente: “lo que pasa es que las televisiones, que dependen del Gobierno, nos engañan”. O la frescura de esa joven —la excelencia docente de las redes sociales no distingue ni de edades ni de sexos— que asegura con desparpajo que “con la Yolanda Díaz vamos de culo, dónde se ha visto que los comunistas den trabajo”. Esta misma mañana, esperando en la marquesina el bus de las 8:10 h —palabrita del Niño Jesús— un hombre de mediana edad intercambiaba con otro sus conocimientos de medicina, en concreto de las especialidades de virología e infectología: “Yo no me vacuno, a mí no me mata el Gobierno de una reacción a la vacuna. Mira qué pronto sacaron las vacunas del Covid, cuando una vacuna tarda un montón de años en fabricarse…” Este es de la escuela del tarado de la Casa Blanca, cuyas aspiraciones al Nobel deberían ser reales, pero no al de la Paz, sino al de Medicina, por su hallazgo del tratamiento del Covid con inyecciones de lejía. Además, no es extraño toparse con el experto en estadística, esa o ese aventajado alumno del hacendoso e infatigable Abascal, paradigma de la España que madruga, y aquí ya estamos ante palabras mayores, porque igual te saca de dudas en relación con todo lo que tiene que ver con el impacto de la migración en nuestro país como con la denominada por la Australopithecus University violencia intrafamiliar: “Los inmigrantes han disparado la delincuencia en España, ya no puedes salir a la calle por las noches, sobre todo las mujeres, porque los moros las violan”. “De los hombres que mueren asesinados por sus esposas no dicen nada los telediarios, y de las denuncias inventadas por las feminazis menos aún”. Y luego está la sentencia estrella que parecen tener grabada a fuego en la sesera, o en lo que sea que tengan en la cabeza, y que lo resume todo: “Con Franco se vivía mejor”. Aquí ya da igual la edad, el sexo, la condición económica, laboral o cualquier otro condicionante de la mente preclara que pronuncie la célebre frase.
Sinceramente, no creo ser el único que escucha en estos tiempos las frases que, a modo de ejemplo, he citado antes, porque estadísticamente no sería lógico que solo a mí me llegaran estas lindezas de sentencias. Es más, cuando hablas con alguien tan normal o anormal —ya no sabe uno lo que entra o se estila en la normalidad— como tú te dice que también ha escuchado esas mismas o parecidas perlas.
El derecho a la libertad de expresión no siempre estuvo disponible en este país de todos los demonios, no es un derecho dado ni que haya salido gratis conquistarlo, por lo que hacer un mal uso de ese derecho es, de alguna manera, menospreciar la lucha que gente inteligente, honesta y valiente, gente que se la jugó literalmente, llevó a cabo durante la larga noche del franquismo, de ese período en el que se vivía mejor, según algun@s. No creo que nadie tenga derecho a hacer ese uso estúpido de la libertad de expresión.
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