JUAN CANO PEREIRA 

"No pises huevos, ¿no ves que nos vienen siguiendo?

2025-06-01

Legañas saludables

Hace tiempo que adopté como premisa a la hora de escuchar una nueva propuesta musical, el procurar hacerlo —no es fácil, pues todos tenemos el oído viciado con nuestros gustos personales— despojado de prejuicios y de la influencia de opiniones ajenas. Esto, además, es algo que todos nos teníamos que aplicar en todos los aspectos de la vida.

 

Enfrentarse a la vida con las orejas abiertas de par en par saturará nuestros oídos de suciedad y de ruidos prescindibles, pero es a partir de esa cinta en bruto desde la que tenemos que trabajarnos nuestra opinión y, por supuesto, nuestra conciencia. Y el mecanismo, aunque la ejecución sea laboriosa y agotadora, es simple: ablentarlo todo bajo el soplo de nuestra intuición y buena voluntad, para conseguir separar el grano (es decir, lo que merece la pena escuchar, aunque no estemos de acuerdo con todo, para, tras una reflexión, sentar las bases de nuestra opinión al respecto), de la paja (es decir, el sucio ruido las opiniones viciadas, malintencionadas o simples bulos).

 

Esto que parece una simpleza, incluso una ingenuidad, al exponerse la virginal piel de nuestra conciencia bajo la insana radiación del mundanal ruido (redes, televisiones y publicaciones periodísticas sin distingos ni filtros), requiere, claro, que tengamos más estómagos que una vaca y más caparazón que una tortuga centenaria. Es decir, formación, que no instrucción. De ahí que sea relativamente fácil manejar la opinión de los jóvenes, sobre todo si están dentro del grupo, por desgracia, mayoritario de los «nini», cuya falta de criterio mezclada con su desesperación por la sequía de oportunidades, es comparable a un accidente nuclear que, sabemos, está a punto de ocurrir, pero cuyas consecuencias seguirán influyendo negativamente décadas y décadas después sobre todos nosotros.   

 

Pondré de ejemplo la letra de la canción «Aparta el corazón de las mangueras», escrita por Kiko Veneno en aquel magistral debut suyo junto a los hermanos Amador de Veneno (1977), uno de los discos que mayor influencia ha tenido en la historia de la música española popular de los últimos 50 años (por poner un ejemplo, La leyenda del tiempo de Camarón no habría sido posible dos años después sin este maravilloso despropósito que obró como antecedente).

 

En concreto, nos decía el músico de Figueres:

«No pises huevos, ¿no ves que nos vienen siguiendo?», y a continuación nos insta a dejarnos llevar —fluir que se dice ahora—, para poner la vista y el oído en lo que hace el otro, y también los pies en el otro lado del puente, donde, no solo nunca pisamos, sino que ni siquiera lo tenemos localizado en Google Maps, para echar una mano e influir en todo lo que allí ocurre, crece o —todo lo contrario— está siendo eliminado.

 

«Métete el dedo en el ombligo y asómbranos con tus legañas saludables», dice más adelante esta joya de canción de José María López Sanfeliu (el «lobo López»). Porque todos tenemos algo que ofrecer; hasta lo que nos parece más insignificante y hasta desechable, incluso obsceno, puede resultar aprovechable en esta guerra a vida o muerte contra el ruido y la inacción. Sigamos pues a pie juntilla su consejo: oigámonos los unos a los otros y sigamos cultivando todas nuestras artes que, mientras esto siga rodando, alguien al otro lado del puente, al otro lado del mundo, se va a fijar en ti y en lo que haces.

 

Y es que el mundo es un pañuelo; porque incluso antes de hablarte, ya nos habíamos abrazado. Pero eso sí, aunque nos chupemos con placer el dedo, hagámoslo protegiendo a su vez nuestras partes débiles.


 

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