FLORI TAPIA  "un sentimiento que brota como una semilla de dentro hacia fuera.

2025-09-21

La madre del novio

Digamos que se llama Blancanieves y que en vez de convivir con enanitos lo hace con un cáncer incurable que vale por siete. Y que es una chavala, como otra cualquiera, con ganas de vivir, de beberse el mundo, de hacer esas cosas que se hacen a su edad, y que quería casarse con su novio de toda la vida. Y aunque no fuera la boda soñada consiguió llegar al juzgado empujando un andador, con su turbante blanco a juego con el vestido, y los efectos secundarios de la enfermedad y el tratamiento, como invitados que nadie esperaba hace un año, quizá dos. Ocurrió el fin de semana pasado.

Conozco a la madre del novio, fue ella quien me contó hace unos días que después de más de una década viviendo juntos, habían decidido dar ese paso, porque a ella, a Blancanieves, le hacía ilusión, pero, sobre todo, porque se aman y ese amor no ha mermado a pesar de que el cáncer la ha convertido en una persona que ni se parece a la que fue. El amor es eso, un sentimiento que brota como una semilla de dentro hacia fuera. Aunque a veces suceda lo contrario: nos enamoramos de la flor –o del capullo- y cuando llega el invierno y el viento la deja desnuda y en los huesos, si te he visto no me acuerdo.

He tenido en el pensamiento a esa pareja desde el momento en el que María me habló de la boda. Siento una profunda admiración por quienes pelean por sus sueños aun cuando la vida se empeña en obstaculizar la senda que los conduce a la línea de meta. Yo soy más bien tirando a floja en ese sentido, porque siento (no es solo que lo piense) que los sueños están para soñarlos, lo de cumplirlos es otra historia, y que a veces, por más que invirtamos toda nuestra energía en tan ardua tarea, hay circunstancias con las que no contamos, a las que no queda más remedio que aceptar si no estamos preparados para vivir el sufrimiento y la frustración de lo inalcanzable.

Confío más en que sucederá todo lo que tenga que suceder sin necesidad de perseguirlo, que en esas frases que pretenden ser motivacionales, que nos alientan a batallar contra aspas de molino.

Hay bodas que parecen sacadas de un cuento en el que todo es hermoso, cuidado, apetecible - de esa cuestión ya he hablado en este mismo espacio hace tiempo- pero también hay otras, en las que el amor se respira al margen de lo accesorio, porque no hace falta una lista de invitados interminable, una mesa dulce, un préstamo para anticipar el coste del evento o una luna de miel en Thailandia.

En los tiempos que corren no es habitual que la entrega sobreviva cuando los planes no salen bien, pero sigue habiendo personas que aman por encima de sí mismas y en esa forma de amar, cambian el mundo y cumplen los sueños de otras personas, aun cuando estos están a punto de caducar. Para quienes lo viven así, el amor es inmarcesible, y pervive con la misma fuerza con la que Blancanieves recorrió el camino que separaba su realidad de su sueño.  La madre del novio llora. ¡Qué puta mierda es la vida a veces con quien menos lo merece!