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2023-10-08
La adolescencia
La adolescencia es una de las fases más importantes en el crecimiento individual, la transición de la infancia a la madurez, donde se van a definir muchos aspectos de la propia identidad.
En ocasiones, los padres no quieren admitir que sus hijos dejan de ser niños, pero tampoco son adultos y no pueden ser tratados como tales, por eso la adolescencia resulta tan complicada de gestionar. En este sentido, es donde reside la dificultad y el papel fundamental de la familia. Si esta es demasiado impositiva, es probable que el adolescente adopte un comportamiento rebelde.
Hoy día se tiende a educar a los niños de manera que obtengan todo de manera fácil. Se les cría en una burbuja de protección, haciéndoles creer que todo es maravilloso, sin permitir que experimenten y se equivoquen. Entonces llega la adolescencia y el proceso de independencia se ve frustrado por no haber aprendido nunca lo que son los fracasos. Se enfrentan al mundo exterior y
comienzan sus primeras relaciones amistosas y amorosas sin saber controlarlas; teñidas de pasión, celos y rupturas que los llevan a la hostilidad y desacato en el hogar.
En ocasiones, la falta de control de sus emociones conduce a esos trastornos de conductas y/o consumo de sustancias como las drogas.
Para los padres con problemas de convivencia con un hijo adolescente, es vital desvincularlo de su historia personal y lograr comprenderlo tal y como es. No se le puede agregar una mochila cargada de ansiedad y miedo que no le pertenece, sino dejarle vivir sus propias experiencias y que aprenda por sí mismo cómo adaptarse al exterior. Hay que evitar que, las expectativas depositadas sobre lo que a los padres les gustaría que su hijo fuese en un futuro, recaiga sobre su lomo y perjudique su desarrollo personal.
Otro aspecto muy común que los padres tienden a realizar es el de comparar a su hijo adolescente con otros que sacan mejores notas o que tienen expectativas futuras diferentes. Es relevante evitar poner etiquetas, apoyar y respetar sus propios deseos —a pesar de no estar de acuerdo— en aras de no menguar su autoestima. Si se equivoca, él mismo tendrá que asumir las consecuencias, tomar conciencia de los errores y madurar, pero es importante que, pese a todo, sienta el amparo y confianza de que sus padres están ahí.
Efectivamente, la realidad siempre resulta más compleja de lo que se escribe en cualquier manual sobre este tipo de temas, sobre todo cuando los padres no son capaces de gestionar sus propias emociones y desconocen las herramientas para tomar el control del asunto. Como padres o educadores es importante acompañar al adolescente de forma perspicaz, comprender que necesitan despegarse del nido y echar a volar; que sean capaces de convertirse en seres independientes y logren establecer sus propias metas para llegar a ser unos adultos responsables.
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