... se traduce en dejarse llevar por el instinto interno para saber qué hacer en cada momento.

2023-09-24

 

La maternidad

 

Dicen que una madre daría la vida por su hijo si fuera necesario. Ser madre es uno de los actos más profundos, sinceros e incondicionales; pero también requiere de una gran responsabilidad. La importancia de ejercer tal rol significa una transformación obligatoria tanto a nivel externo como interno que requiere de altas dosis de valentía.

            Con la llegada de un hijo, la vida da un giro radical. No solo se generan cambios en el cuerpo de la madre, sino que también se cruzan emociones de ilusión y estrés en el mismo grado de intensidad. Una controversia que surge como consecuencia del miedo a lo desconocido y a la resistencia de esa ruptura con la identidad que hasta ahora se había construido. Se da paso a un nuevo papel, el de ser madre y transferir la completa dedicación a otra persona.

            La maternidad no significa estar alegre y sonreír siempre, sino también triste y llorar. El bebé tiene dependencia las 24 horas del día y esto supone un desgaste físico y psicológico para la madre, que pasa días sin pausa y noches sin pegar ojo; sin espacio para ella misma ni para su cuidado personal, viéndose obligada a aplazar sus planes de ocio y sus proyectos laborales. Viene siendo como un tsunami que se lleva los hábitos y preferencias y deja un ambiente desenfrenado de pañales, biberones, chupetes, juguetes y utensilios del bebé. Una situación que obliga a reinventarse y que puede afectar en la autoestima de la madre.

            Por si fuera poco, tiene que lidiar con faltas de respeto camufladas entre consejos y opiniones externas. Cuando se experimenta la maternidad por primera vez, de repente aparece un conjunto de personas externas que saben que es lo mejor para el bebé y se dan el derecho de criticarte y corregirte. Es probable sentir frustración por no encajar con los estereotipos fijados en la sociedad, cuya mayoría no comprende que no todos los niños vienen con el mismo manual de instrucciones y que lo que para unos está bien para otros no.

            Lo ideal es construir una definición de maternidad propia y personal. Cada madre experimenta con su hijo un estrecho vínculo donde conoce sus preferencias que, adaptada a las suyas, pueden establecer una relación extraordinaria. A pesar de toda la revolución que supone la maternidad, es muy bonita cuando se sabe gestionar y no influenciar por los estereotipos fijados por otros. La clave está en aprender a adaptarse a los nuevos retos y organizarse dentro del caos. Abordarla con éxito

se traduce en dejarse llevar por el instinto interno para saber qué hacer en cada momento.

Un bebe debe ser siempre una bendición envuelta de luz y amor, nunca una carga. Así mismo, una madre jamás debe renunciar a sí misma como persona única e independiente, pues más allá del rol de madre hay un ser capaz y completo que debe pronunciarse.


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