19-06-2022

La desafección a la política partidista está más que justificada, siendo esta imparable; cada día, políticos que gobiernan contribuyen a ello desde sus políticas partidistas junto a sus escándalos y corrupciones. Con la orientación única hacia el capital y los grupos de poder, la política se ha convertido, para algunos, en el negocio más rentable. Desde la democracia cabe combatir tal atropello devolviéndola y poniéndola de nuevo al servicio exclusivo del pueblo.

Teniendo en cuenta la experiencia histórica y el draconiano sistema dual de partidos, el objetivo de construir la política con mayúsculas no puede detenerse en los límites de cada partido o individuo y ha de perseguirse a escala social. Por ello es necesario contribuir en crear el conjunto de condiciones de movilización, conciencia y organización necesarias para hacer posible el proceso de construcción del Pleno Voto que se convertirá en garante y exigirá la política con mayúsculas –humanidad, ética, honestidad, decencia y honradez- en la perspectiva de una sociedad plenamente democrática que entiende y vive la gran importancia del voto. En consecuencia, cabe contribuir y participar en los procesos e iniciativas que tengan por objetivo la acción dentro del territorio del Estado, prestando atención a los intentos de crear una nueva Sociedad Civil pro-Voto que sirva para devolver la confianza a la Sociedad sobre la clase política. Y es en las manos del voto en blanco donde está la llave para transformar el actual sistema; promoviendo, a través de la iniciativa popular, la modificación de la Ley Electoral con el objeto de que los resultados obtenidos por el voto en blanco en los procesos electorales sean entendidos y contabilizados como tal y tengan su representación propia (escaños vacíos), al igual que cualquiera de las fuerzas políticas elegidas en las urnas, correspondiéndoles en su caso por el cómputo de los votos en blanco obtenidos y el expreso deseo de los ciudadanos que votan esta opción; la legitimidad de los escaños vacíos. Así como reclamar la asignación económica correspondiente a los escaños conseguidos al objeto de destinarla, íntegramente, a proyectos sociales. Dicha asignación, en su totalidad, pasará a formar un fondo económico que sufragará sólo y exclusivamente los proyectos reseñados. Siendo la Sociedad Civil quien señalará, desarrollará, adjudicará, dirigirá y fiscalizará dichos proyectos cuya elaboración y ejecución corresponderá en todo momento a la Administración Central y sus técnicos. No cabe duda de que para la desafección de la política las claves enumeradas contienen el embrión de lo que pudiera ser revolución pacífica de este siglo y que llegaría desde el voto en blanco.

 

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