9-10-2022
La luz interior es una metáfora que hace referencia a un estado de nuestro ser que aporta claridad a nuestro entendimiento y percepción interior. Se refiere a un estado de conciencia donde todo se contempla de una manera más diáfana.
Si la luz física proporciona las condiciones para una buena visión, la luz interior también hace lo propio con las condiciones que favorecen una buena visión interior, es decir una mejor comprensión mental, unas emociones más diáfanas y duraderas y una intuición más preclara.
La luz interior es manifiesta cuando atesoramos ideales en nuestro corazón, cuando no solo nos sentimos identificados con ellos, como puede ser el ideal de belleza, el de justicia o el de fraternidad, sino que también los incorporamos a nuestra forma de pensar, a nuestras decisiones, a nuestros estados de ánimo y a nuestras emociones, llegando a proporcionar sentido a la vida. En otras palabras, si se alumbra nuestra vida con uno o varios propósitos, estamos ante un claro indicio de luz interior.
Otros indicios pueden ser la sensibilidad ante la belleza en cualquiera de las formas en que la descubramos y la disfrutemos. La belleza produce atracción y abre la puerta al estado de enamorado, otro poderoso indicio. También albergar ideas claras (no fanáticas), la capacidad de vivir en estados de ánimo que se asemejen a cielos despejados y no cubiertos de densos nubarrones que impiden la luminosidad del sol.
Conocerse a sí mismo con claridad y objetividad, distinguir de manera diáfana las luces y las sombras de cada cual, es otro rasgo que podemos asociar a la luz interior. También se distingue en alguien porque su actividad irradia claridad entre los que le rodean, sus acciones son inspiradoras para otros, sus ideas, sus palabras, sus conversaciones, proporcionan puntos de inicio para quienes están a su lado y sus sentimientos, semejantes a esos cielos azules, barren las borrascas interiores de los cielos ajenos.
A veces se produce una aparente paradoja, el que tiene luz en su interior deja de verla temporalmente, sumiéndose en estados mentales y emocionales más oscuros. En esos casos, los seres cercanos pueden ser de gran ayuda, porque nuestra luz interior es guía para los demás y pueden mostrarnos cómo brilla nuestro corazón aun cuando nos sentimos apagados.
Adquirir luz interior es un atributo característico de cualquier ser humano, tan sólo se necesita cierto orden interior, aprender y acercarse a aquellos en cuyo interior ya la percibimos.
Finalmente, lo opuesto a la luz es la oscuridad interior, metáfora que describe también a la perfección los escenarios en los que la manipulación, la confusión y la falta de sentido se hacen posibles.
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