... o la paralización del pleito con Aqualia en el que la ciudad de Jaén exige la devolución de 63 millones de euros

2023-10-08

 

 

Cien días de nulidad

 

Evocando los “cien años de soledad” de García Márquez, estos primeros cien días del gobierno municipal de Jaén, capital del PP y JMM, no han sido tan extensos, pero se han hecho realmente pesados, por la inoperancia desesperante de los recién llegados. Y tampoco lo han sido “de soledad”, porque nadie duda ya del evidente carácter de marca blanca del PP que la nueva formación ha ido conformando en todas sus decisiones.

Cien días de ir y venir de consejeros y consejeras de la Junta de Andalucía, con la boca llena y los bolsillos vacíos, sin aportar nada a la ciudadanía de Jaén, más allá de promesas relativas a inversiones que ya debían estar avanzadas, y respecto de las cuales la Junta de Moreno Bonilla no quiso mover un dedo durante la pasada legislatura, por miedo a que el aval político del alcalde Julio Millán “se saliese de madre”; había que inventar problemas, desarrollar inexplicables giros a los procedimientos, y no dar ni gota de agua a la ciudad de Jaén, en una demostración de sectarismo realmente detestable contra el que, curiosamente, sus hoy socios tampoco se levantaban con la misma velocidad y ánimo que contra el gobierno progresista de la Nación.

Cien días perdidos, cien días de vacío, salpicado de unas cuantas barbaridades realmente significativas, como, entre otras la decisión respecto a la obra de teatro de Ana Belén, el señalamiento político, incluso en redes, de los trabajadores de centros de servicios sociales, el negacionismo militante de la concejala de Igualdad respecto a la violencia de género en un verano terrible de asesinatos machistas,

o la paralización del pleito con Aqualia en el que la ciudad de Jaén exige la devolución de 63 millones de euros

presuntamente facturados de más a sus vecinos, y que el alcalde paraliza, dice, “para enterarse”, como si el expediente no estuviese en las dependencias municipales desde el mismo día en que cogió el bastón de mando.

Cien días de desierto tras los que el alcalde y su sombra para las fotos, han comparecido para asegurar que han trabajado mucho —solo faltaba que no hubieran trabajado—, y que ha sido un periodo extraordinariamente positivo porque, al parecer, “han puesto los papeles en orden”. Con poco se contentan, tanto más cuanto ese hito de “administrativo” no estaba, que yo sepa, en las 101 medidas del notario que dicen que incluso se les van a quedar cortas, aunque de momento no haya nada de la que más se festejó, ese “fondo de convergencia” que debería salir de Sevilla camino de Jaén, y que haría del mandato una especie de “Bienvenido Mister Marshall”. También la película acabó en frustración.

Eso sí; el modelo “Moreno Bonilla” lo están copiando a la perfección. Pero si el único reto es intentar tapar con propaganda el evidente parón a que apunta lo que ya vemos y sufrimos, los cuatro años de mandato no sólo se pueden hacer muy largos, sino que el daño a la ciudad será irreparable.


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