MAMEN S. P. S.  "De su padre, siempre recuerdo la viñeta en la que Mafalda le atiza un beso mientras se estaba aseando.

2024-10-06

Mafalda

Los niños y niñas que crecen siendo déspotas, caprichosos y egocéntricos, se convierten en personas adultas que, habitando y siendo reconocidas como buenas personas en su entorno, en realidad son enfermos-as potenciales del síndrome de S. A. P. O.

Y es que todo lo infantil adolece de una especial ternura que en su más cruda realidad alberga muchas taras que son bien escondidas tras consecutivos pestañeos, ojos vidriosos y caritas de corderos degollados.

Y sin más nos daremos de bruces con sapos que antes fueron renacuajos cabezones que nos dejarán con la boca abierta por sus tremebundos alcances.

Pero también hay excepciones, a pesar de que el dibujante Quino haya tenido que inventar a Mafalda. Mafalda, una niña que no deja una pregunta para que procrastine. Mafalda es pragmática, defensora a ultranza de los derechos humanos, feminista, y a veces algo incómoda, porque a mí sí me gusta la sopa.

Mafalda y su grupo de amigos retratan una sociedad que no queda nunca atrás, porque siempre ha habido “mafaldas” y siempre las habrá, con más o menos consecuencias de sus aciertos verbales que son de grandes como catedrales.

A mí, siempre me ha gustado Mafalda. De hecho, tengo varios ejemplares de las publicaciones que hizo Quino, y de vez en cuando, las vuelvo a leer con la fortuna de que su lectura me aporta solamente maravillas con toda la naturalidad del mundo que defiende esta niña cabezona.

De su madre no puedo opinar por igual. Una mujer superada en visión de futuro y de presente por una mente que gestiona a velocidad supersónica, que se queda sin saber por donde le ha entrado y por donde le ha salido, cada vez que Mafalda le suelta un comentario y da en la diana.

De su padre, siempre recuerdo la viñeta en la que Mafalda le atiza un beso mientras se estaba aseando.

Después viaja en transporte público hacia el trabajo con la parte de la mejilla sin afeitar manteniendo así el beso de su hija. Enternecedor.

De Guille, tiene puntos muy buenos. Pero Mafalda es total. Única, aunque habrá muchos símiles. Habrá dado pie, claro que sí.

Sus amigos, Miguelito, Felipe, Manolito, Susanita y Libertad. Todos con identidad propia, sobre todo Felipe y Libertad, que sus nombres se mantienen tal cual sin el -ito y la -ita.

Mafalda siempre tiene una frase adecuada, aunque el momento sea un caos, porque ella es la sencillez en esencia. Ella necesita tiempo para pensar y quien no respeta sus silencios y se crean ansiedad es porque no la conocen. Mafalda es todo amor. Y el amor no se exige, ni el tiempo, ni el silencio.