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2023-10-22
Avaricia y envidia
Terrible la actualidad. Pero la realidad es que vamos de shock en shock. Esta novedad nos está maltratando sin descanso. No tienen piedad. Da miedo ponerse el pinganillo en la oreja conectado a los informativos, o presionar el botón rojo del mando a distancia que vincula el televisor, porque no te ofrecen nada más que desgracias, a cuál más atroz. Guerras, genocidios planificados por codiciosos fanáticos, accidentes, catástrofes medioambientales, … Un desastre tras otro que no nos da tregua ni descanso psíquico para asimilar tanto dolor y que nos turba la tranquilidad más cotidiana.
La sociedad está dividida. Nos manipulan. Nos asustan. Nos hacen enfermar. Nos engañan. Nos matan, de hambre, de sed, de cualquier plaga que inventen o de virus neocultivados. Todo en contra del ciudadano de a pie.
—El mundo está loco— he escuchado decir a un personaje muy loco. Nada más lejos de la realidad. El mundo está muy cuerdo. La locura está en el interior de quienes solo habitan en este planeta para ejercer uno de los pecados capitales: la avaricia.
¿Quién no conoce a una persona avariciosa en su entorno, o ha escuchado mencionar a alguien que lo es? Atesorar bienes materiales es un desorden tal que se convierte en un veneno difícil de entender para los generosos que han comprendido que cuando fallezcamos todo lo que no hayamos vivido y disfrutado no va a formar parte del equipaje de nuestro último viaje.
La avaricia de Dante era el cuarto de los pecados capitales de su Infierno. Aclararé que Dante Alighieri era un poeta y escritor italiano del siglo XIV, muy conocido por su obra, la Divina Comedia. Pues bien, este cuarto pecado, el de la avaricia, lo describía como el daño al prójimo y la prolongación de la envidia. Un pecado muy actual que se podría aplicar a las guerras de Ucrania y de Gaza. Casi nada, la combi-transgresión. El deseo de poseer los bienes ajenos mezclado con la desdicha mental de no poseer esos bienes. Toda una bomba.
Como las bombas que no cesan de caer en el Oriente Próximo. Auténticas bombas, literales, que los avariciosos y envidiosos mandatarios están lanzando contra civiles que no tienen protección, y éstos, que a pesar de buscar refugio en hospitales son masacrados impunemente.
Dante, escribe que era Pluto el dios romano, el que gobernaba el inframundo y regía el cuarto anillo donde se hallaban los avariciosos, los mismos que estaban condenados a hacer rodar pesadas piedras desde el valle hasta el centro del infierno del escritor.
Pero en este mundo no aprendemos, por lo cual somos nosotros mismos los culpables, los que elevamos, toleramos y blanqueamos a los incipientes e históricos reyes Midas, que con sus tribulaciones avariciosas hacen genocidios gratuitos porque hablar es gratis y matar se está convirtiendo en una situación regalada. ¿Cómo puede permitir la ONU semejante desastre que no ha dado ya un puñetazo en la mesa?
Una guerra no está concebida para nada bueno. La maldad es el origen y la base de un cóctel molotov que explota siempre en las manos de los más pobres, de los más deprimidos, de los que sufren y son acallados por los fanáticos que creen que sus vidas no valen porque solo son números para ellos.
Pero a veces, los pecados de la guerra son tan infinitos que la bondad de algunas personas se diluye en la foto final. Las faltas humanas tienen nombre. Cierto. Pero se avecinan tiempos más oscuros que nos mostrarán situaciones desconocidas hasta ahora y que despertarán en esa psique humana que aún está por explorar, y que para horror nuestro escucharemos pecados nuevos. Y miedo me da, pensar en la capacidad del género humano que está oculta y que suele utilizarse para hacer maldades que no para bondades.
Eso es, la utilización de la enorme capacidad del género humano en doblegar y avasallar al prójimo. Da igual, la cultura o la religión, todos los exaltados fanáticos están cortados con la misma tijera con el mismo patrón de malditos seres humanos que no respetan a sus congéneres por las chuches bisutas que tienen los vecinos. Así de vulgares y de terribles son…
¿Qué escribiría Dante Alighieri sobre esta dantesca actualidad? Quizás tendría que expandir su Infierno, con más pecados capitales y menos virtudes. Lo peor es que en nuestro infierno todos los demonios andan sueltos y el Mammón va en compañía del Leviatán. Vaya par de dos…
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