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... imprime consecuencias psíquicas a quienes lo sufren. |
2024-04-07
Accidentes de tráfico
Los datos de los accidentes de tráfico son desoladores siempre, sea la época del año en que suceden, si es en festivo o no, si es con operación salida o en el regreso a casa. Da igual. Un accidente de tráfico siempre trunca la vida a quienes toman parte en él, esté inscrito en el parte de atestados que esté.
Ayer en una tertulia una persona de los asistentes comentó una entrevista que se había publicado en un periódico de tirada nacional al grupo musical jiennense Supersubmarina. Cuatro jóvenes que al parecer siguen remontando algunas de las secuelas que les ha quedado del fatal desenlace que les hizo frenar en seco en su meteórica carrera musical.
Un accidente de tráfico deja, no solo secuelas físicas en un mal caso, sino que también
imprime consecuencias psíquicas a quienes lo sufren.
Los coches desde su invención han evolucionado en su mecánica, en su diseño, también en el tipo de combustible que consumen, en su cilindrada, que la verdad no llego a entender para qué se necesita conducir un todoterreno en una ciudad donde los trayectos se hacen sobre asfalto y con un utilitario básico sería más que suficiente, y no cometer el exceso de adquirir un todoterreno para fardar de coche, con lo que contaminan.
Una cosa más de las que no entiendo del ego humano.
¿Qué es un automóvil? Una extensión de ¿…?
Como tampoco entiendo que se formen los insoportables atascos en cuanto hay un festivo de por medio, para viajar a las mismas ciudades donde se atascan de gente, y producen atascos en restaurantes, playas, cafeterías, y demás.
La verdad es que tampoco entiendo que fabriquen coches donde el indicador de la velocidad mientras conduces puede llegar a señalar el triple o casi el cuádruple si le pisas a fondo en el acelerador, si el límite de velocidad está en los 120 kilómetros por hora incluso en un adelantamiento.
Es decir, que fabrican máquinas que, con pisar un pedal, cambio de marchas, o no, si es automático, que dado el caso es lo mismo, y después no dejan de hacer campañas de tráfico avisando a los conductores de que los riesgos de la conducción conllevan tales o cuáles riesgos. Está claro que estamos regidos por el sinuoso movimiento del dinero. No por el amor, ni mucho menos, ni por la fuerza del cariño, que dicen mueven montañas. Estamos postrados absolutamente ante las bacterias y los virus que inoculan a quienes ciegamente acceden a los mandatos subliminales del comercio global.
“Venga, que tenéis que comprar coches”, “O tenéis que viajad con vuestros flamantes automóviles”, “Y no olvidéis publicar dónde, qué y cuando habéis comido”, “Y por supuesto, con quien habéis estado en vuestros viajes”.
La vida es mucho más que esas fotos.
Cuidado cuando os sentéis al volante de un coche. Toda precaución es poca. Gracias.
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