28-08-2022
Con este artículo concluimos este paréntesis estival, para volver en el próximo a la serie que habíamos emprendido; sobre nuestra imprescindible cooperación con el sistema educativo. No olvides que está en juego el desarrollo humano de los nuestros. Pero eso será al comienzo del curso.
Ahora, aún incandescentes las brasas de aquellos fuegos, vamos a seguir indagando actividades que nos permitan aumentar nuestro bienestar y expandir la conciencia. Te propongo algo diferente a casi todo lo visto hasta ahora, sin apartarnos de la atención plena y el crecimiento personal. Hoy salimos con la vida, bailamos con ella y disfrutamos con gente auténtica.
Todo ello y muchísimo más es la biodanza; su creador en los años sesenta Ronaldo Toro, antropólogo y psicólogo chileno manifiesta; “Lo que nosotros estamos dando con la Biodanza es lo que las personas más necesitan: salud, vitalidad, alegría, energía disponible para poder disfrutar de todo lo que el mundo nos ofrece, es decir, una disposición amorosa. Sentir que somos parte del universo, que la vida tiene sentido, que es sagrada y que vale la pena vivir”.
Mas de sesenta años después, su práctica y virtudes ya están consolidadas. Quizás sea el tipo de meditación en grupo más asequible a todas las personas, sin importar la edad ni la forma física.
La biodanza es utilizada tanto en ambientes terapéuticos como educativos, existen grupos que se dedican a realizar biodanza especializada; para niños, adolescentes, adultos y personas con determinadas enfermedades.
Su metodología consiste en inducir vivencias integradoras, por medio de la música, el canto, movimientos y situaciones de encuentro en grupo para profundizar el autoconocimiento.
Es una forma excepcional de fomentar nuestras relaciones sociales y emprender, de forma amena y sin mucho esfuerzo, el camino hacia tu crecimiento personal.
Para concluir me gustaría que observarais vuestras opiniones a la vista de esta escueta exposición. Es natural que podáis tener dudas e incluso prejuicios. Yo los tuve, acompañados de miedo y timidez; estos debemos tratarlos con mucho cariño; son el resultado de nuestra bella inocencia. No hay nada que temer, en la mayoría de los centros te permitirán asistir a una sesión sin inscripción y si me apuras, incluso sin cita.
Con la gente de Sevilla pude comprobar la verdad que publican en su web: La biodanza fomenta la total desinhibición del individuo dentro del grupo, pretende la destrucción de las corazas y las barreras que se han ido construyendo a lo largo de la vida, para poder disfrutar de nuestro auténtico ser. Vive y ama.
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