2022-01-01
Es propio de estos días desear prosperidad a los demás y aunque todos la perseguimos, cada uno, en cambio, aspira a ella desde muy distintos escenarios y hacia una gran diversidad de metas. Estas tienen mucho que ver con la situación de partida, es decir; las posibilidades y facultades disponibles para desarrollar una vida plena; mejor trabajo, más recursos, salud o simplemente paz, libertad o tiempo libre.
Aunque es imprescindible para la prosperidad de todos, proponer medidas y posibilitar nuevos ámbitos de convivencia basados en la igualdad y la fraternidad, debemos tratar con urgencia y determinación una cuestión previa a todo ello; se trata de la salud de nuestro medio ambiente y las garantías necesarias para el desarrollo de la vida.
Queridos amigos; la naturaleza está siendo degradada a una velocidad y escala sin precedentes. La ciencia nos está demostrando cada día con datos objetivos (no seamos ingenuos) el punto de no retorno al que nos dirigimos si no actuamos con diligencia. Todos somos conscientes y sabemos cómo se ha producido; uso, combustibles fósiles, deforestación, contaminantes industriales, basura… Las instituciones, a duras penas, están promoviendo medidas para revertir los efectos de este desarrollo suicida promovido por todos, aun así, puede no ser suficiente; hemos perdido en los últimos 50 años el 68% de la vida salvaje y un millón de especies. Los sistemas meteorológicos están cambiando y son cada vez más extremos; inundaciones, sequías, deshielo, subida de niveles del mar… Emergen, además, nuevas enfermedades y pandemias.
La misma ciencia que nos ha identificado el problema y sus causas, nos informa también sobre cómo debe ser nuestro comportamiento para frenar y revertir el camino hacia esta sexta extinción masiva de la vida en la tierra. El camino hacia el verdadero progreso y prosperidad es posible.
Veblen afirmaba que el ser humano seguía siendo un animal guiado por instintos, ahora enfocados hacia el consumo sin límites y la abundancia exacerbada, una meta que inevitablemente acabaría llevando a perderlo todo.
Ahora es el momento de fundir nuestras conciencias y actuar como una conciencia planetaria. Para ello debemos tener presente perfeccionar nuestra forma de vivir y adecuarla a la recuperación ambiental. Aunque nos resulte incómodo al principio, cuando lleves un tiempo actuando con conciencia ambiental, será una rutina sin esfuerzo.
Ahorra energía en casa. Desplázate a pie, en bicicleta o en transporte público. Come sano. Tira menos comida. Consume menos, reutiliza, repara y recicla. Cambia el tipo de energía de tu casa. Cambia a un vehículo eléctrico y sobre todo conecta con la consciencia universal. Infórmate y divulga.
Para dar tú opinión tienes que estar registrado.