6-11-2022
En nuestra última entrega concretábamos la necesidad de promocionar nuevos ámbitos de convivencias; auténticos escenarios de interacción donde concurran cuantas inimaginables y esplendidas muestras de todas y cada una de las más originales, diversas y coloridas personalidades, estereotipos, roles y culturas de nuestra humana especie, a la sazón; un gran foro de libertad y creatividad donde reconocernos, respetarnos y entendernos para así crecer y completarnos desde una cultura de paz; socialmente justa y sustentable.
Emprendemos así, alentados por esta idealización, una nueva serie donde buscar la comprensión, el entendimiento y el conocimiento de la realidad social, es decir la conciencia de nuestra comunidad; como se forma y cómo podemos orientar su desarrollo al objeto de mejorar el bienestar de todos y del planeta.
En el desarrollo de nuestra conciencia observamos como la programación de nuestro inconsciente dirige inadvertidamente nuestro comportamiento, así también, podemos observar cómo se ha formado el inconsciente social y cómo se comporta una determinada sociedad humana bajo sus determinaciones.
Según Carl Jung, el inconsciente colectivo está formado por arquetipos, símbolos, datos e informaciones comunes que están vigentes desde las generaciones pasadas. La importancia de cómo esa información y vivencias intervienen en nuestro modo de comportarnos podría explicar las similitudes de nuestras acciones.
Una de las características principales de nuestro entorno social actual es su fragmentación, nos agrupamos entorno a múltiples intereses, tendencias, gustos, valores, creencias, adicciones, ideales…y todo un sinfín de estilos vidas tanto más complejos y diversos como original puede llegar a ser nuestra capacidad creativa. Observaremos cómo hemos construido nuestra personalidad, como nos sentimos en el ámbito sociocultural al que pertenecemos, y de qué forma las experiencias pasadas han influido en nuestro modo de vida.
Todo ello sin olvidarnos hasta donde los medias, con su gran potencial de persuasión, son capaces de modificar nuestra capacidad de elegir aquello que realmente necesitamos y por lo que merece la pena perder nuestro valioso tiempo. Esto nos ayudará a conocer nuestro grado de libertad personal y por lo tanto nuestra calidad de vida.
Desde hace siglos se nos educa en base a la coacción y el miedo, presumiendo nuestra incapacidad para el desarrollo de un comportamiento adecuado a la tradición o moral imperante, aunque esta, a lo largo de la historia del hombre haya estado orientada hacia la violencia y el totalitarismo para la preservación de espurios intereses. Continuará.
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