Plantearse desvelar lo que está oculto no es solo una tarea compleja, también puede ser esquiva e incluso arriesgada; cuantos hombres y mujeres a lo largo de la historia han sufrido sus consecuencias.
2023-01-29
¿Podríamos imaginar cómo sería una sociedad sin mentiras? ¿Son más mentiras las verdades a medias? ¿Es necesario mentir para proteger y protegernos? Quizás estás cuestiones tengan una respuesta mucho más sencilla de lo que imaginas.
Siempre, cuando ocultamos o maquillamos la realidad perseguimos algún interés. Es por lo tanto fácil de entender, relacionado con el carácter de nuestras aspiraciones; egoísta o maliciosa, quizás solidaria o compasiva, si la cuestión que ocultamos está orientada desde la mala o la buena fe, y por lo tanto pueda ser reprochable o plausible. En todo caso, todos podemos convenir que nuestra sociedad se caracteriza más por el uso de mensajes interesados y falsas imágenes desde actitudes egoístas. Convertimos a la verdad en un objeto de dominio y manipulación.
A la vista de esta afirmación podemos examinar y observar cómo somos y como son nuestras relaciones sociales y el resultado producido por ellas, para desde una actitud consciente, descubrir lo que está oculto, tanto en nosotros como en la sociedad y convertirlo en alètheia, al objeto de impedir desengaños y frustraciones.
Plantearse desvelar lo que está oculto no es solo una tarea compleja, también puede ser esquiva e incluso arriesgada; cuantos hombres y mujeres a lo largo de la historia han sufrido sus consecuencias.
Fieles al objeto de este espacio de opinión y en honor a la verdad, nuestro único interés es la promoción de la expansión y el desarrollo de nuestra conciencia en relación a mejorar la calidad de nuestra vida. En este sentido, entre otros recursos, aportaremos experiencias y conclusiones de autores que podrán hacernos cuestionar, quizá, algunas de nuestras certezas e incluso herir nuestra sensibilidad. Si en algún caso esto ocurriera, estaríamos ante distintas formas de entender la realidad; igualmente legítimas cuando se tiene conciencia de ello y no es impuesta por medios persuasivos.
Para muchos autores la verdad no existe, para mí, la encuentro entre uno de esos valores directores para el desarrollo de la vida; el amor como única verdad y posiblemente también única vía hacia la concordia.
Ya comentamos en la pasada entrega, sobre los ámbitos (política, administración, justicia, comercio, educación, salud, creencias…) donde se determinan los valores, normas y principios en relación a ordenar los espacios y oportunidades para el desarrollo de nuestra vida. Todo ello además ocurre, supuestamente, con nuestra aceptación y concurrencia y crea la realidad. Os invitamos a descubrir alètheia en ellos y ser verdaderamente consciente.
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