23-10-2022
Nunca será este el camino verdadero, ni el más recto ni adecuado si queremos vivir en paz. Siempre que a los mandatarios los veamos como dioses del poder, y ellos nos vean como soldados de juguete para sus decisiones, sin cálculo ni medida, donde solo lanzan ideas desde el refinamiento frio, desde lo más hondo de su maldad. También deciden, sobre la sangre y el fuego y la vida de los demás; siempre enemigos del amor y del sueño.
Yo diría que son hombres de poder, vacíos, apoyados en la destrucción y momentos tortuosos de la vida.
Desde el momento en que nacemos no necesitamos nada, solo con nacer ya nos colocan en un camino lleno de obstáculos. Hay tantas cosas que van ocurriendo a lo largo de nuestra vida que ya son suficientes, sin más que las direcciones de un loco. Y ahora digo yo: sobre el final de nuestra vida, porque desaparecemos siempre por cualquiera de los medios destinados a ello, fortuitos o provocados, sin necesidad de la eutanasia, ni de locos salvadores del mundo. La vejez es muy dolorosa para ser la guinda de nuestra vida. Una mayoría de nosotros terminaremos enclaustrados, como ya se va haciendo cada día más, para que directivos y empleados vuelvan de nuevo a decidir nuestros últimos años de vida, a cambio de unas cantidades de dinero que el anciano ganó y ahora majea la familia, siendo la suplantación del calor familiar.
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