JORGE VALVERDI

 "El bienestar emocional no puede depender de otra persona

2025-08-24

Adicción: romper cadenas

La adicción no se limita a sustancias; a menudo, se esconde en las relaciones interpersonales. Hablamos de la adicción emocional, un patrón destructivo en el que una persona se vuelve dependiente de otra, a pesar de que esta le causa daño físico o psicológico. Romper con estas cadenas es un acto de valentía y de amor propio, un camino hacia la liberación y el bienestar.

¿Alguna vez te has preguntado por qué, a pesar de ser consciente de que una relación es tóxica, te resulta casi imposible terminarla? La respuesta se encuentra en nuestro cerebro. La dependencia emocional activa los mismos circuitos neuronales que las adicciones a sustancias. Cuando interactuamos con esa persona, nuestro cerebro libera dopamina, el neurotransmisor del placer y la recompensa. Este "subidón" momentáneo nos hace sentir bien, creando un refuerzo positivo que nos impulsa a buscar más de lo mismo, incluso si a largo plazo nos perjudica. Es un ciclo vicioso: el miedo a la soledad, la baja autoestima o la necesidad de aprobación nos anclan a una relación que nos consume.

Considera el ejemplo de María, quien ha estado en una relación con un hombre que la critica constantemente, la manipula y la hace sentir insignificante. Aunque sus amigos y familiares le han señalado el daño que le hace, María no puede irse. Cada vez que él le pide perdón, ella experimenta un alivio momentáneo que interpreta como amor, lo que la lleva a perdonarlo una y otra vez. Este patrón de maltrato y reconciliación es un ejemplo claro de cómo la dependencia emocional se afianza. María, sin darse cuenta, se ha vuelto adicta a los altibajos de la relación, a la falsa promesa de que él cambiará y al "subidón" de dopamina que siente al reconciliarse.

Esta dependencia afecta gravemente la salud mental y física. A nivel psicológico, puede llevar a la ansiedad, la depresión y la pérdida de la identidad. La persona adicta a otra comienza a girar su vida en torno a ella, perdiendo sus propios intereses y metas. Físicamente, el estrés crónico afecta el sistema inmunológico, provocando problemas como insomnio, dolores de cabeza y trastornos digestivos. Romper con la adicción es crucial para recuperar el control de nuestra vida.

El primer paso es el reconocimiento. Aceptar que estamos en una relación tóxica y que no podemos salir solos es el inicio del cambio. El segundo, es buscar apoyo. Hablar con amigos, familiares o un terapeuta nos da la perspectiva que necesitamos. No estamos solos. Finalmente, debemos trabajar en el amor propio. El bienestar emocional no puede depender de otra persona. Tú eres suficiente. Aprender a valorarte, a establecer límites y a disfrutar de tu propia compañía son la clave para romper estas cadenas y construir relaciones sanas y enriquecedoras. Es un viaje difícil, pero el destino, una vida plena y feliz, lo vale. La libertad emocional te espera.


 

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