"en este recorrido, la traición resulta triste; al igual que contemplar a través de esta como el poder fáctico devuelve a chiqueros el solo sí es sí."

2023-02-12


Las generalizaciones son odiosas. Recuerdo con cariño y afecto a mi gran amigo de la niñez, Falete y a su hermano pequeño Trabuco, cabe destacar por el simple hecho de reafirmar categóricamente la irrefutable contundencia de la frase que antecede a esta reminiscencia de mi infancia que, tanto Falete como su hermano, eran gitanos. Porque entre los payos y gitanos desde siempre estaba en su centro el clásico vituperio que decía, “ten cuidado, que si no te la hacen a la entrada te la hacen a la salida”. Otra odiosa generalización el clásico vituperio en sí, pues, jamás, ni a la entrada ni a la salida hubo perjuicio alguno en tal prejuicio vituperar.

¿Por qué hoy esto? Porque hoy, aquello viene hasta el contexto actual, en donde, solo sí es sí (hasta la traición) en un gobierno progresista de coalición; en donde, una vez más la traición remarca a uno de los socios de gobierno -PSOE- que sí procede, con todas las de la ley, aplicarle a este el clásico vituperio de la izquierda -surgida desde el 78 hasta aquí- que dice “ten cuidado, que si no te la hacen a la entrada te la hacen a la salida”. Sí, así se las gastan los dirigentes del PSOE. En la historia de los últimos 45 años de este país de las Españas las traiciones del PSOE, llevadas a cabo por sus dirigentes, han sido muy chirriantes y sonadas: Recuérdese la de Felipe González con la OTAN... Cabecillas sátrapas, o líderes que llevan escrito en su frente, con agua de limón, la palabra traidor que cuando los focos mediáticos los sacan a la luz, son revelados. Y compréndase que, desde esta perspectiva, ahora, tras tanta acumulación, sí que entiendo, aunque no comparto, esa consigna gritada, y que sí o sí tienes que oír, en determinadas manifestaciones de la izquierda progresista española, que dice: “PSOE y PP, la misma ‘mierda’ son”. Y no la comparto porque los socialistas de base (por la memoria de mi querido padre y la de otros muchos que conocí) merecen todo mi respeto y reconocimiento a su callada y continua labor incansable que buscaba la dignificación de las personas, especialmente, la clase obrera.

Pedro Sánchez, desde la traición, una vez más, se vuelve a colocar al lado de la derecha, dejando enfrente a la izquierda progresista. Pedro, tras calibrar cuanto hubo que calibrar en su día (el que fue tu ministro Juan Carlos Campo, que tras varios meses de discrepancias consiguieron elaborar un texto con el que estaban conformes), el consejo de ministros (el tuyo) dio luz verde a la ley del Solo sí es sí (…). Pedro, en este recorrido, la traición resulta triste; al igual que contemplar a través de esta cómo el poder fáctico devuelve a chiqueros el solo sí es sí. ¡Qué triste comportamiento el tuyo!


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