"La clase trabajadora de este país lo tiene muy complicado para poder comer como Dios manda"
2023-02-26
Los precios andan disparados como nunca. Cada día que acudes a hacer la compra ves las variaciones al alza de los artículos que venías consumiendo, o en otros casos, entre esos productos, también ves los que teniendo que haber bajado (por las medidas adoptadas por el gobierno con el IVA) no han bajado nada. Y la verdad es, que ante estas situaciones (de no bajada) la impotencia se apodera de ti, siendo inevitable que te asalte la pregunta ¿quién me está tomando el pelo, el gobierno o este establecimiento (…)? Estamos a 26 de febrero de 2023, las medidas sobre el IVA para bajar los precios, impulsadas por el gobierno, entraron en vigor el paso día 1 de enero y, donde casi a diario compro el pan (horno situado en un polígono industrial), no lo han bajado de precio, sigo pagando por la barra de pan lo mismo que pagaba el año pasado, 70 céntimos, y 40 céntimos por el bollo. No me duele la nimia repercusión de céntimos que debería haber bajado la barra o el bollo de pan, sino la cara dura del panadero, que, desde su comportamiento, permite mermar los ingresos por impuestos a la Hacienda Pública. Impuestos que van destinados a pagar la maltrecha Sanidad Pública, la Educación Pública, las carreteras, prestaciones y subsidios (en definitiva, el sostenimiento del estado del bienestar entre otros).
No nos imaginamos, ni por asombro, la cantidad de dinero de más que estamos pagando en la cesta de la compra a establecimientos y grandes cadenas de distribución sin escrúpulos que se están beneficiando de la bajada de IVA y que no repercuten esta bajada en el PVP (precio venta público) que pagamos los consumidores finales. Está claro que la medida del IVA (al ser algo que se escapa del control administrativo y gubernamental ya que ambos no conocían los precios de los artículos en los establecimientos antes de aplicarla) no sirve a lo pretendido por el gobierno. Dicha medida, para lo que está sirviendo es para engordar los pingües beneficios de los empresarios. Esto que está ocurriendo de forma generalizada en este país de las Españas, es más que suficiente para paralizar ipso facto y quitar la medida en cuestión e implementar sobre la marcha (desde el pleno amparo de las leyes actuales de este país, que así lo mandatan para cuando es necesario) la tasación de precios para que realmente alivie el acceso a los alimentos y bienes necesarios para que todas las personas de este país puedan vivir con dignidad y decencia; con la tranquilidad de poder comer (entre otros) como Dios manda. E igualmente, como Dios, manda en este caso la [Ley 7/1996, de 15 de enero, de Ordenación del Comercio Minorista donde recoge su Artículo 13. Libertad de precios. 1. Los precios de venta de los artículos serán libremente determinados y ofertados con carácter general de acuerdo con lo dispuesto en la legislación de defensa de la libre y leal competencia, con las excepciones establecidas en leyes especiales. 2. Esto, no obstante, el Gobierno del Estado, previa audiencia de los sectores afectados, podrá fijar los precios o los márgenes de comercialización de determinados productos, así como someter sus modificaciones a control o a previa autorización administrativa, en los casos siguientes: a) Cuando se trate de productos de primera necesidad o de materias primas estratégicas. b) Cuando se trate de bienes producidos o comercializados en régimen de monopolio o mediante concesión administrativa. c) Como medida complementaria de las políticas de regulación de producciones o de subvenciones u otras ayudas a empresas o sectores específicos. d) Excepcionalmente y mientras persistan las circunstancias que aconsejen la intervención, cuando, en un sector determinado, se aprecie ausencia de competencia efectiva, existan obstáculos graves al funcionamiento del mercado o se produzcan situaciones de desabastecimiento].
Pero claro, para hacer esto último hay que tener decencia y dignidad, humanismo, para poder ejecutarlo y defenderlo ante el satánico discurso del ‘libre mercado’. Y, tristemente, ya sabemos de antemano quiénes son los miembros temblorosos del gobierno que no se despeinarán y permanecerán firmes ante el IBEX 35 (libre mercado) para no poner en marcha la medida de la tasación de precios, legítima por ley, diciendo que no se puede hacer porque en España estamos sujetos a la economía de libre mercado. ¡Mentira! Eso no es más que el engañabobos que anula la soberanía del pueblo y tapa la indecencia, la indolencia, la indignidad… de los gobernantes ante el sufrimiento de su pueblo. ¡Mentira! Porque claro, dirán por activa y por pasiva que esto es debido a la misma historia de siempre; crisis, en esta ocasión nos dicen que la motivada por la guerra de Ucrania. ¡Mentira, mentira y mentira! de la unión de los sátrapas, de los villanos y malvados que desde sus patrañas la única verdad que sale es: mermar hasta empobrecer la maltrecha economía de las familias obreras en detrimento de aumentar la fortuna de aquellos que, ya de por sí, más tienen.
La clase trabajadora de este país lo tiene muy complicado para poder comer como Dios manda (y clase trabajadora somos casi todos -nos guste o no, lo queramos reconocer o no- todos los que cobran un salario o pensión, una prestación, o un subsidio, lo somos). Ante esta dualidad-realidad irrefutable hay que decir al gobierno fuertemente, alto y claro, ¡SÍ! a la tasación de precios. Y ¡YA! Porque es la obligación del gobierno, y si no es así, ¿para qué quiere la persona ser, formar, el pueblo, para qué quiere el pueblo un Estado, para qué quiere el Estado (pueblo) un gobierno? sino para desde la unión y la fortaleza de esa propia unión (Estado) vivir con garantías de no ser esclavos de nada (libre mercado), ni de nadie: que se atreva a romper la dignidad y la decencia de las personas (el pueblo) que tiene derecho a comer, todos los días, bajo un techo digno. Este es el recorrido de esta historia, lo demás son artificios que solo nublan la razón, el derecho. Artificios que están demás; ya que esta es una cuestión del Derecho Natural y no hay que buscar siete pies al gato, porque el gato tiene cuatro patas.
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