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J M HERMOSO
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2024-10-06
Las ‘paguitas’
En este país de las Españas, el Estado tiene la obligación ineludible de proteger a sus ciudadanos, así como disponer una vida digna para todos ellos. Siendo lo dicho, de parvulitos de democracia en todo Estado de derecho.
No se puede discriminar ni señalar a las personas que carecen el sueldo de empleado, ya que, tristemente, no todas pueden alcanzar el desempeño de un destino o empleo.
Toda persona desempeña trabajo —cosa que es resultado de la actividad humana—.
Bienaventurada es la persona que trabaja por ocupación retribuida, por el hecho de que ésta tiene derecho a recibir un sueldo por su empleo. Malaventurada es la persona que trabaja sin ser retribuida, ya que a ésta aun teniendo derecho a la vida se le niega.
¡Vergüenza como sociedad!
De verdad, de verdad, que cada vez que escucho a alguna persona mencionar la palabra ‘paguitas’ se me encienden las alarmas ante el exabrupto que puede llegar a continuación. Dichas personas no dejan de ser auténticos bocazas —porque no comprenden la finalidad y la importancia de esas pagas que ellos llaman ‘paguitas’— que parecen recién salidas de la Escuela Ignorancia, en donde solamente le han enseñado esa lección de odio hacia sus conciudadanos que a saber de qué triste manera carecen el sueldo de empleado.
Paga
Acción de pagar (‖ dar lo que se debe). Cantidad de dinero que se da en pago. Sueldo de un empleado.
¿Paga viciosa?
Paga viciosa es la paga que tiene un defecto que la invalida. En el caso de las (pagas ‘paguitas’) quienes la invalidan son esos bocazas de la Escuela Ignorancia que no saben que en líneas generales —como a ellos mismos les ocurre— quienes cobran esa (paga ‘paguita’) la utilizan para vivir o ayudan en —alimentación, higiene, vestir, pagar el alquiler, pagar la luz, el agua, el gas…— el día a día. Y todo esto es consumo. Que a su vez está basado en la estimulación de la producción y el uso de productos-bienes y servicios estrictamente necesarios. Consumo del que se benefician empresas; comercios, fabricantes, ganaderos, agricultores, marineros de pesca, albañiles, carpinteros, fontaneros y una gran diversidad de oficios más, así como autónomos y, cómo no, cientos de miles de pudientes o modestos arrendatarios de vivienda, etcétera, etcétera.
A ti, bocazas
Al comienzo del artículo se menciona al Estado, imagino que en gran medida sabrás que la gobernación de dicho Estado está dirigida por el Gobierno de España. Bien. Pues son los gobiernos quienes legislan —al margen de los partidos que generan el odio social— para procurar que los engranajes del Estado funcionen mínimamente. Y entre esos piñones de los engranajes se encuentran las ayudas y subsidios, las pensiones… a la persona que en el momento que la recibe trabaja sin ser retribuida. ¿Y sabes por qué? Porque es una conquista convertida en derecho que no es caído del cielo. Un derecho innegable del Estado español. Un derecho que a ti te produce resquemor, pero no por la situación que atraviesa la persona que recibe la paga —‘paguita’ como tú la llamas— sino por el odio y desprecio que albergas a través de esa Escuela Ignorancia a la que acudes o escuchas, que no te enseña a tener tu propio criterio de la realidad de España.
Claro, que tú piensas —al igual que tu hipócrita y cínica escuela— que esa persona es alguien prescindible, sin relevancia. ¡Pues te equivocas!, son, todas ellas, personas imprescindibles, con relevancia para que el sistema funcione.
Futuro
Ojalá algún día este país goce de un Estado próspero y potente que tenga la capacidad de poder pagar pagas con las que todas las personas —de igual a igual— puedan vivir una vida digna.
Como dice el cristiano; como Dios manda. Pero, hoy por hoy, tristemente no es así, ya que si lo fuera: otro gallo cantaría y yo no me hallaría en estas cuitas justicieras.
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