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J M HERMOSO "Protejamos la vida: porque el peor crimen no siempre lo comete quien aprieta el gatillo o lanza la bomba. A veces, el crimen lo comete quien ve, entiende… y no hace nada. |
2025-08-15
¡Delito!: Negación de Socorro
Año de desgracia 2025, —hasta la fecha transcurren 108 años desde que Arthur James Balfour, I conde de Balfour, junto a un puñado de imperialistas sionistas, robaron la tierra palestina para erigir su peculiar patria judía— 15 de agosto. El Calendario Cristiano celebra el día de la Virgen en la faz de la Tierra —a la que las personas de buenos comportamientos que respetan y defienden los derechos humanos, quienes lo son creyentes, le piden que obre gran milagro— (…).
¡Malditos imperialistas!
Cada día que pasa, las calles de Gaza se llenan de polvo, humo y gritos. Madres buscando a sus hijos entre cascotes, hospitales sin medicinas ni electricidad, niños que aprenden demasiado pronto lo que significa el miedo. No es una película, no es una historia lejana: está pasando en tiempo real, frente a los ojos de todos. Y, aun así, el auxilio no llega.
Los gobiernos se llenan la boca con palabras como “paz” o “derechos humanos”, pero se esconden detrás de reuniones eternas y comunicados tibios. Mientras que, los ataques con su máximo responsable —el primer ministro israelí, el asesino Netanyahu, y su esbirro y despiadado justiciero ejército de Israel— continúan su masacre mientras las víctimas se multiplican. El silencio político es tan fuerte que se confunde con complicidad.
¡Malditos cómplices!
El poder de Estados Unidos, con su loco presidente que actúa sin piedad y sin escuchar a la gente que se moviliza por el mundo entero, se impone como si fuera juez y parte, condicionando a todo el planeta para no detener lo que ya la inmensa mayoría de la ciudadanía global llaman por su nombre: genocidio. Y lo peor es que el resto de los países, por miedo o conveniencia, bajan la cabeza.
¡Malditos jefes de Estado!
La humanidad pierde su esencia cuando permite que la vida se vuelva un simple dato en una hoja de cálculo. Cuando vemos morir a un niño y pasamos a la siguiente noticia, algo se rompe en nosotros como especie. Porque la Humanidad está conculcando ‘la madre de todos los delitos’ del Derecho Natural, que lo es: El Delito de Negación de Socorro a la Propia Humanidad.
¡Malditos los pasivos!
Es hora de dejar de mirar a otro lado. No basta con indignarse en redes sociales o con encender una vela, o con el simple comentario que ligeramente persigue el lavadero colectivo de consciencia. La presión de la gente, unida y constante, es la única fuerza que puede obligar a los crueles monstruos poderosos a actuar.
Protejamos la vida: porque el peor crimen no siempre lo comete quien aprieta el gatillo o lanza la bomba. A veces, el crimen lo comete quien ve, entiende… y no hace nada.
La perpetuación de la violencia y la deshumanización que se vive hoy tiene sus raíces en las decisiones tomadas por intereses imperialistas. Un punto clave en este espiral fue el movimiento ejecutado el 2 de noviembre de 1917, fecha en la que se promulgó la Declaración Balfour. Esta declaración representó la manifestación formal pública del gobierno británico durante la Primera Guerra Mundial, donde se comunicó el apoyo oficial al establecimiento de un “hogar nacional” para el pueblo judío en Palestina, entonces parte del Imperio otomano.
¡Malditas banderas!
Este apoyo quedó plasmado en una carta firmada por el ministro de Relaciones Exteriores británico, Arthur James Balfour, y dirigida al barón Lionel Walter Rothschild, figura destacada de la comunidad judía británica. El documento fue transmitido a la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda, consolidando así la intención británica de intervenir en la región y marcar el destino de sus habitantes.
La Declaración Balfour no sólo sentó las bases para el establecimiento de una patria judía, sino que también marcó el inicio de una serie de acontecimientos que han derivado en décadas de conflicto, sufrimiento y despojo para el pueblo palestino. El peso de aquel acto sigue resonando en el presente, alimentando el ciclo de violencia y desolación que cada día se vive en Gaza y en toda Palestina.
¡Malditas patrias!
Por el dios de las tres culturas, junto al resto de deidades del mundo:
¡¡¡PARAD EL GENOCIDIO!!!
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