Hace unos días, María Hernández, profesora de la Universidad de Jaén y amiga, exponía la dura realidad que vive Mali en la actualidad. Una realidad desgarradora y de la que apenas se habla en...

2023-04-23


Hace unos días, María Hernández, profesora de la Universidad de Jaén y amiga, exponía la dura realidad que vive Mali en la actualidad. Una realidad desgarradora y de la que apenas se habla en los noticieros; las guerras africanas, las guerras de los pobres, en general, venden poco.

Mali es el sexto país más pobre del mundo, a pesar de ser el octavo más extenso de África. A pesar de ello, su tasa de nacimientos supera la media mundial. Es rico en recursos naturales, especialmente en oro y uranio. Heredero de antiguos imperios como el de Songhai, Mali y Ghana, que dominaron aquella parte de África durante siglos. Fue también el destino de miles de andalusíes expulsados de la península ibérica por el fanatismo religioso. Hoy, Mali, se desangra, entre otros motivos, por el mismo fanatismo.

El conflicto actual empezó en 1990, cuando los tuaregs del norte iniciaron un movimiento separatista para reivindicar un país propio en la región de Azawad. El 6 de abril de 2012, el MNLA, Movimiento Nacional de Liberación Azawad, declaró unilateralmente la secesión de la región de Azawad. El recrudecimiento del conflicto provocó el desplazamiento de miles de personas refugiadas a zonas asoladas por el hambre en países vecinos como Níger, Mauritania, Burkina Faso o Argelia. En la actualidad se calcula que existen unos dos millones de refugiados malienses fuera del país, en el interior son unas 400.000 personas.

El 26 de mayo de 2012 los dos movimientos tuareg se fundieron en uno solo y proclamaron en autodeterminado Estado Islámico de Azawad.  Donde la sharía sería fuente de derecho. Pero las diferencias entre tuaregs e islamistas pronto hicieron que rompieran su alianza y tras la batalla de Gao, los Movimientos para la Unidad y la Yihad en África Occidental expulsó a MPLA. Desde ese día, un Operativo Internacional, liderado por Francia, intenta detener la extensión del conflicto. Sin embargo, la violencia se extendió por el país cuando los yihadistas comenzaron a reclutar a jóvenes de la etnia peul, enfrentados a los bambaras, que son agricultores, y a los dogon, cazadores. Como en otros países de África, mercenarios rusos son contratados por el gobierno para mantenerse en el poder. Terrorismo, narcotráfico, tráfico de personas, situaciones de esclavitud, campos de refugiados donde el 85% de la población son mujeres, miles de niños vagando solos, jóvenes soldados con trastornos psicológicos por causa de la guerra, son las grandes lacras a las que se enfrenta Mali en estos momentos.

Uno solo puede imaginar los campos de refugiados llenos de niños y niñas sin nada más que hacer que buscar un trozo de comida, en aire contaminado por el humo de las hogueras donde cocinan lo poco que tienen, mezclado con el polvo de la arena del desierto próximo. Miles de olores te asaltan. Cegado por un sol inmisericorde. Viviendas de barro y plástico, familias afinadas. Lejos de cualquier tipo de humanidad. 


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