"Sobre la gente de bien también podríamos dar algunos datos como el que el 20% de la población (el 20% rico) consume el 80% de las riquezas del mundo,"
2023-03-12
En estos días asistimos atónitos a las declaraciones de políticos separados por miles de kilómetros e, incluso, se podía decir que muy alejados ideológicamente, pero que a mí me huelen a casi lo mismo y me despierta muchas preguntas.
En el Senado español el líder de la oposición pedía al gobierno que no se moleste a las personas de bien. Mientras, por esos mismos días, el presidente de la Republica de El Salvador aseguraba que los Derechos Humanos de los delincuentes valen menos que los de la gente honrada. Uno lo hacía para protestar por la aprobación de los Derechos del colectivo transgénero, el otro para justificar su mega cárcel para pandilleros. Y me parece curioso que ambos, a pesar de las diferencias, pertenezcan a las elites de sus países, respaldados por las grandes fortunas y sin haber puesto un pie en su vida en los barrios pobres de donde, según parece, proceden las amenazas de la gente de bien. Pero lo que me parece más preocupante es pensar quien decide qué es ser gente de bien…
La nueva cárcel para pandilleros salvadoreños se llena día a día de jóvenes de barrios humildes, algunos detenidos solo por sospechas, recluidos, maltratados y encarcelados a espera de juicio sin ni siquiera asistencia de un abogado (sus derechos valen menos, recuerden) en un país que lleva meses en estado de excepción y con la prensa libre acosada. Hoy son los Derechos Humanos de los delincuentes… ¿Qué derechos humanos serán los que valgan menos mañana? En la otra parte del mundo, los privilegiados debaten sobre el derecho de la gente de bien. Privilegiados que nunca han tenido que elegir entre pagar la hipoteca o los libros de sus hijos, que nunca han temblado ante la factura de la luz ni ante una nevara vacía, que no han tenido que repartir pizzas hasta la madrugada antes de ir a la universidad o recoger copas en el bar de moda. Son ellos, por lo general, los que deciden quien es la gente de bien. Son los que no les sobra mes al final del sueldo, los que no suben al andamio, los que no cogen la aceituna, son los que casi siempre lo deciden todo, los que deciden sobre el bien y el mal.
Sobre la gente de bien también podríamos dar algunos datos como el que el 20% de la población (el 20% rico) consume el 80% de las riquezas del mundo, dejando las migajas al resto. O que la Europa de bien gasta cada verano en helados el suficiente dinero como para acabar con el hambre extrema. Que con el dinero que se gasta el mundo desarrollado en juguetes para sus mascotas se podrían alimentar a todos los niños del plantea. Y podríamos llenar este artículo de ejemplos de este tipo. Y todo ello gracias a la explotación masiva y sin escrúpulos que hacen las grandes multinacionales de las riquezas de los países pobres. Para terminar, creo que en un mundo en el que aún se muere de hambre y en el que la vida de un niño vale menos que la bala que lo mata, es un mundo en el que no cabe hablar de gente de bien.
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