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2024-02-11
El árbitro que tapa al sol
En los últimos días, escucho polémicas sobre los árbitros de la Liga Española de Fútbol y sobre a quienes favorecen sus decisiones. Y me viene a la mente aquello que siempre escuché sobre “tapar el sol con un dedo”. Efectivamente, aquí se puede tapar el sol con un dedo, aunque en la versión española el dedo se sustituye por un árbitro. Mientras los medios de comunicación dedican horas a generar debate sobre el fútbol, pasan desapercibidas las actividades de algunos de los mayores actores del deporte nacional, me refiero a Florentino Pérez, por supuesto. Este empresario, que comenzó su carrera política de la mano de Adolfo Suárez en CDS y que llegó a ser director general de Infraestructuras de Transporte del Ministerio de Transporte, es el máximo accionista de ACS, una multinacional con decenas de brazos por el mundo que acumula denuncias de la misma forma que su dueño balones de oro. Una de sus múltiples filiales es la encargada de la ejecución del proyecto de electrificación de la red ferroviaria de Israel, que incluye la polémica línea A1 Tel Aviv – Jerusalén (con un presupuesto de unos 550 millones de euros) cuyo trazado cruza ilegalmente la Línea Verde hacia los Territorios Ocupados Palestinos, lo que supone una violación del Derecho Internacional. Esto obstaculiza el acceso de los palestinos a sus tierras agrícolas y supone un grave problema, otro más, para el desarrollo económico de Palestina. Ahora comprendo el silencio cómplice con respecto a genocidio actual en Gaza. En México, a pesar de ser firmante del Pacto de Responsabilidad Empresarial de las Naciones Unidas, se le acumulan cientos de denuncias de organizaciones de DD. HH. por la vulneración de los derechos en las comunidades indígenas a las que se les expulsa de sus territorios a través de amenazas y violencia, la sobreexplotación de los recursos naturales que agotan sus tierras ancestrales y el incumplimiento de la legislación local. En Guatemala, la Corte Suprema de Justicia les dio la razón a las comunidades indígenas de Alta Verapaz afectadas por la Hidroeléctrica Renace sobre el río Cahabón por vulnerar el Convenio de la Organización del Trabajo. La denuncia partió de la ONG Alianza por la Solidaridad con la intención de defender un hábitat donde viven desde tiempos remotos 29.000 indígenas q’eqchis. Las obras, además de no contar con la aprobación de estas comunidades, han acabado con las tierras de cultivo tradicional de las que obtenían su sustento sin que se les diera una alternativa con la que poder sobrevivir. En España,
los negocios de Florentino Pérez están salpicados de denuncias y acusaciones de pagos de comisiones ilegales,
recalificaciones y otros asuntos turbios (Púnica, Lezo, Castor…). Mientras esto pasa, nosotros seguimos enfrascados con debates sobre el VAR. Como cantaban los Celtas Cortos en los 90: “Si el poder huele a corrupción, no te pongas nervioso… Tranquilo majete en tu sillón”
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