Venía de trabajar hace unos días y en un programa de radio participó la representante de una ONG que está desarrollando una labor impagable (y por la que deberíamos pagar todos) en…

2023-05-07


Venía de trabajar hace unos días y en un programa de radio participó la representante de una ONG que está desarrollando una labor impagable (y por la que deberíamos pagar todos) en Turquía y Siria. Una mujer que con voz afable y tranquila relató las miserias humanas y la crueldad jamás imaginable de unos seres humanos a los que no se les puede llamar ni animales, porque como decimos popularmente: “ni los animales hacen esas cosas”.

La representante de dicha ONG explicó que se están viendo desbordados ante la avalancha de sucesos que allí están aconteciendo. Desde el terremoto de Turquía y Siria, unas bandas criminales y organizadas, se estaban dedicando a secuestrar niños y niñas que se habían quedado huérfanos y que, dado su situación de desamparo, copaban todos los centros de ayuda humanitaria.

Dichas bandas criminales de turcos, sirios y también de otros países de oriente medio ya actuaban en dicha zona desde la guerra civil de Siria (¿Os acordáis del ISIS? ¿Os acordáis de la labor humanitaria que hizo occidente?), y que no tiene otro fin que secuestrar a niños y niñas, con mayor facilidad en aquellos que se encuentran huérfanos, por la guerra o por el terremoto, pero también con todos aquellos que puedan amarrar y maniatar, y asesinarlos para vender sus órganos en mercados (comenzamos con los eufemismos) piratas del comercio (otro eufemismo) ilegal de tráfico de órganos.

Es decir, estos humanos que podrían ser catalogados por sus acciones como otra especie animal, secuestran y asesinan a niños y niñas porque hay gente con mucho dinero que puede pagar por dichos órganos y no les importa en absoluto que mueran de manera salvaje, injusta y criminalmente unos niños o niñas de países muy lejanos a donde viven.

¿De verdad creéis que el que compra los órganos no es culpable de nada? ¿De verdad alguien puede afirmar que el origen y el método por el que ha conseguido dichos órganos no es responsabilidad de un miserable millonario?

Y algunos podrán también pensar: bueno, eso sucede en esos países que están tan mal y por la situación de miseria, guerra, catástrofes, …. Etc. Perdone, no. El millonario no se va a hacer la operación de trasplante en un quirófano abandonado, lleno de suciedad, basura, con una luz intermitente y con un médico borracho forzado por unos sicarios. Eso pasa en las películas. En la realidad ese millonario entrará a una clínica privada y los órganos habrán llegado vía aérea a dicha clínica, con los mejores profesionales y todas las comodidades y garantías sanitarias que dicho centro de salud privado le puede ofrecer, a quién le pagará una cifra de seis o siete u ocho ceros.

Esta situación repugnante y en la que si mi país me preguntase si estoy de acuerdo en enviar tropas españolas para salvar a estos niños, diría sin pensarlo que SÍ y sería una demostración idílica y comprometida de los países por el futuro de la humanidad.

El problema del capitalismo es que a lo mejor te sale un liberal y te dice que la solución para evitar esto sería regularizar los “trasplantes subrogados”; eufemismo que se inventarían junto a los medios de comunicación pagados y afines a dichos partidos políticos, para que la parrilla televisiva se llenase de debates de especialistas de todo y de nada, y se iniciase la oportunidad de exponer las bondades de dicho proyecto.

¿Ustedes se imaginan? Debates en los programas de TV, radio e internet, dónde comenzasen a aflorar aquellos famosos que en su momento compraron órganos de otras personas, la oportunidad de mercado que permitiría que terceros países se beneficiasen y pudiesen prosperar en sus sistemas sanitarios para garantizar la compra óptima de los órganos, la viabilidad a acabar con el asesinato de los niños y niñas, …

Y hasta nos saldrían con la labor altruista y nada económica que ello conllevaría. La donación de los órganos sería regulada por la imposibilidad de comprarlos, si no que sería de manera solidaria y porque tendrían una clara y evidente voluntad de ayuda y sensibilidad con aquellas personas que lo necesitasen. Y de esa manera construyen un argumento de viabilidad a mercantilizar hasta los propios órganos de nuestro cuerpo.

Surgirían empresas que ponen en contacto a personas receptoras con personas donantes, y que no podrían pagar, sino ayudar y encargarse solo de todo lo relacionado al desarrollo óptimo de la persona para garantizar la indispensable salud de la persona y del órgano en cuestión.

Convertirlo todo en un bien de mercado lleva a llamar “embarazo subrogado” a la compra de bebés. El sistema capitalista es tan rastrero que se inventa eufemismos para denominar la compra, literal, de la salud de una madre durante 9 meses.

¿Quién se cree la gente que puede comprar un bebé? ¿De verdad se cree alguien que es un acto de bondad y de sensibilidad el hecho de vender un bebé? Eso solo lo pueden, y así sucede, con mujeres pobres, con mujeres víctimas, con mujeres que ven esta salida (si verdaderamente no están forzadas) como una solución a sus problemas económicos.

No todo se puede mercantilizar, no todo puede ser un bien de mercado. Y que yo sepa, EEUU y Ucrania, eran dos países que permitían los vientres de alquiler. 


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