... es muy extraño creer que el hermano de una Presidenta de una Comunidad Autónoma haya logrado vergonzosas comisiones por la venta de mascarillas

2024-03-24

 

Porque ella lo vale

 

No creo que sea casualidad, sino más bien causalidad. Es muy improbable que se sumen todos los astros del universo y giren al mismo paso de un solo individuo, a no ser que sea el individuo el que coloque a los astros alrededor suyo.

Con esto me refiero que

es muy extraño creer que el hermano de una Presidenta de una Comunidad Autónoma haya logrado vergonzosas comisiones por la venta de mascarillas

sin la inestimable ayuda de quienes le abren la puerta de la contratación pública de par en par.

Que un juzgado considera que no existe delito porque se han currado de manera eficiente, que los procesos cumplan con el marco legal, no excluye de la vergüenza y despropósito de que cuando más gente moría, el hermano de la responsable del Gobierno de una Comunidad Autónoma estaba participando en la lucrativa e ingeniosa iniciativa de vender a precios insultantes los productos de primera necesidad para la ciudadanía.

Y si solo me guiase por la resolución judicial, estaría cometiendo un claro error de análisis. En lo peor de la pandemia, el Gobierno de España aprobó una norma para agilizar las contrataciones de carácter urgente (por la singularidad de la situación sanitaria) con el fin de evitar los plazos eternos de la administración para comprar productos de extrema necesidad. Con esa norma, que tenía una clara voluntad de servir para paliar de manera efectiva y ágil la difícil situación de nuestro país para afrontar la crisis sanitaria, se facilitó también las posibilidades para que los amigos de los pelotazos tuvieran el campo abierto.

¿De verdad podéis creer que no empezaron a sonar los teléfonos de miles de cargos públicos a los que le ofrecieron ingeniosos contratos que le iban a suponer cubrir las necesidades de productos de extrema necesidad para sus conciudadanos? ¿De verdad podéis creer que no comenzaron a sonar los teléfonos de

miles de amiguetes y familiares, amigos de lo chupóptero, llamados por estos representantes públicos para informarle de que podían lograr cuantiosos contratos de manera más fácil y eficiente

gracias a los cambios legislativos que facilitaban la contratación? No seamos inocentes.

¡Quién mejor que un hermano para hacerse cargo de las necesidades de su hermana! ¡Quién mejor a quién llamar que a un hermano para que aproveche la oportunidad que surge de hacer caja con el dinero de todos y de todas!

Y no es la única, ojo. Ha habido, por desgracia, muchísimos pelotazos gracias a la modificación temporal de las normas de contratación urgente que se pusieron en marcha durante la pandemia. Pero qué casualidad que siempre son de los mismos partidos. Casualidades extrañas que cuando se acumulan ya no se convierten en una situación única, sino que suponen una norma generalizada de trabajo. Porque el ávido lector puede sacar la frasecita de: Todos son iguales. ¿Todos? No, perdona. Suponer es suponer, no es afirmar. Para afirmar hay que tener garantías de evidencia, no de suposiciones. Y la evidencia si nos dice, a mí y a todo el mundo, que estos partidos suponen una anomalía corrupta en su propio sistema de funcionamiento.

Ahora han pillado al novio de la presidenta de la comunidad autónoma defraudando a Hacienda y cometiendo enriquecimiento ilícito a base de cobro de insultantes comisiones y de no declarar que fue uno de los que se forró durante la pandemia. Bueno, ahora no. Ahora nos enteramos.

Los únicos que podrían tener el derecho a decir que se enriquecen con las muertes de los demás, deberían ser los que trabajan en empresas funerarias. El resto de las personas que se han enriquecido gracias a la muerte de los demás son, única y exclusivamente, unos parásitos malnacidos que ejemplifican la miseria humana.

Cuando mis camaradas, compañeras y compañeros, amigos y vecinas, buscaban material y confeccionaban mascarillas caseras para donarlas de manera altruista y generosa, estos que sólo llaman a los políticos de unos determinados partidos (qué casualidad) estaban ingeniándoselas para dar un pelotazo a costa del dinero de todos y de todas. Pero no olviden que ahí habrá siempre un corrupto y un corruptor. Un ideólogo y un actor.

Casualidades es que tu novio antes de conocerte haya cometido un delito económico, defraudando a Hacienda, cobrado insultantes comisiones, enriquecimiento ilícito y blanqueo de capitales, y que encima lo haya reconocido en sede judicial y por lo que se le está juzgando… es comprensible y no achacable directa y únicamente a la presidenta. Pero que la presidenta para justificar lo injustificable decida atacar al Estado por cumplir sus obligaciones, habiendo reconocido su pareja, su culpabilidad y delito, convirtiendo en mártir al que comete el delito, mintiendo sobre el procedimiento llevado a cabo, mintiendo sobre el origen de sus bienes compartidos o usados por ella, acusando a quiénes deben vigilar por el cumplimiento de nuestras obligaciones económicas con el Estado de persecución o pseudo actividad mafiosa, … no solo demuestra que esta señora se cree que está por encima de la moral y la ética, sino que afirma la tesis de que lo que para todos no es normal ni ético ni legal, para ella y para los suyos es algo normal. Es su forma de entender la vida: vivir del dinero de todos y enriquecer a sus más allegados. Porque para eso ella es la presidenta elegida por todos sus vecinos y vecinas. Y así nos va.


 

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