Hace unos días coincidí en la calle con un amigo y como hacía bastante tiempo que no nos veíamos, pues nos pegamos un buen rato charlando. Lógicamente, nos preguntamos por la...

2023-04-09


Hace unos días coincidí en la calle con un amigo y como hacía bastante tiempo que no nos veíamos, pues nos pegamos un buen rato charlando. Lógicamente, nos preguntamos por la vida, por nuestro trabajo, por la familia, etc. Y luego ya salió la pregunta típica, tópica de: Bueno, ¿Y tú como lo ves? Lógicamente, esa pregunta a alguien que ha estado ocupando responsabilidades políticas, pues no le hace falta traducción.

Le hablé de las dificultades actuales que no son únicas de nuestro pueblo o nuestra provincia o nuestro país, sino que es fruto de muchos años de desencantos hacia los partidos políticos tradicionales que siempre han gobernado y que, con sus corruptelas, falta de escrúpulos, hipocresía y el largo etcétera de mentiras y manipulaciones, han contribuido a generar una apatía hacia la política.

Tantas décadas dónde se han apropiado, y diría usurpado, los valores democráticos como la excusa para gastar más tiempo en mantener a sus acólitos a costa del dinero y los recursos de todos los ciudadanos, y a comprar medios y controlar periodistas. Tantas décadas rindiendo pleitesía a los que realmente tienen el poder, pero al mismo tiempo generando más ruido que pasos hacia un estado social que garantice los derechos recogidos en ese documento del que se llenan la boca al hablar, pero lo pisotean cada vez que actúan, que no es otro que la Constitución Española.

Ellos, PP y PSOE, los conservadores y socialdemócratas europeos, han sido los culpables de que la ultraderecha xenófoba, homófoba, machista, recalcitrante, fascista y ultranacionalista hayan entrado en el tablero político democrático. Con las herramientas de la democracia entran y cuando están dentro solo la usan para mantenerse (con un sueldo abultado se pueden permitir el lujo de criticar todo lo público) y generar ruido, violencia verbal y conflictividad.

Ellos, conservadores y socialdemócratas, les dieron alas cada vez que destruían derechos de los ciudadanos, hundían los anhelos de esperanza de quienes confiaron en ellos para que cumpliesen lo que prometían, pero que, con tanta corrupción y tanto vuelco a sus palabras, acabaron haciendo lo contrario.

Y se fraguó en la mente de todos y de todas, la típica frase de: “Todos son iguales”. No, señores y señoras, Dolores, Marcelino, Julio, Gerardo, Antonio, Diego, Felipe… y así podría estar todo este artículo no han sido ni son iguales a los que roban, a los que acaban en las grandes energéticas, ni los que enchufan o logran paguitas a sus familiares y amiguetes, ni a los que han preferido cobrar más impuestos a los ciudadanos que a los que más tienen, ni a los que prefieren que te pagues tú tu médico tengas lo que tengas en la cartilla del banco, … No, señoras y señores, nunca nos hemos parecido ni nos pareceremos.

Pero es más fácil para el español desencantado acusar a los demás para justificar el desengaño del partido que votó; es más fácil, dicho vulgarmente, activar el “ventilador de la mierda” para manchar así también a los que están limpios.

Pero si activas ese ventilador, manchas a todos, y si manchas a todos, surgen los oportunistas de la patria, que sin otro planteamiento que el nacionalismo, lo patriótico, los símbolos, las banderas, … arropan a los desencantados bajo el ruido y la agresividad de la violencia contra todos los demás. Se arropan en el victimismo de querer sentirse atacados por todos, cuando, en realidad, solo se dedican a insultar, mentir y crear falacias contra todos los demás.

Y si alguien quisiera comprobarlo, solo tendría que acudir a las actas de las sesiones y darse cuenta de que todo lo que sea dar más garantías o derechos de lo público para toda la ciudadanía (pensiones, ingreso mínimo, salarios, impuestos progresivos, defensa sanidad pública, defensa educación pública, …) les da alergia. No defienden lo público porque lo que quieren es que tú te lo pagues con tu dinero. Y si no tienes… pues te aguantas, búscate la vida.

Son españoles que gritan España al mismo tiempo que quieren destruir los derechos de los españoles. Y no es solo en nuestro país; por desgracia, los Bolsonaro, Trump o Meloni se han reproducido como churros, gracias al camino de corrupción, las puertas de engaños y las baldosas de mentiras que les han permitido entrar los partidos tradicionales en los Congresos y Senados de los supuestos estados democráticos.

No comprenderé que el que tiene un sueldo (asalariado), sea público o privado, un pequeño autónomo, pensionistas o desempleados, puedan apostar por partidos que quieren acabar sencillamente con lo poco que tienen.

Hay quien les blanquea, hay quienes tienes más interés en darle espacio y convertirlos en mártires. Cuidado con el lobo porque el cuento es un cuento, pero estos ya aprendieron a contar y todos sabemos cómo acabó.


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