2022-11-20
No es una casualidad que en cualquier conversación familiar o de amigos surja el tema del coste de la energía. No es casualidad porque se ha convertido en un robo a mano armada en los bolsillos de los españoles por parte de las empresas energéticas.
Tan solo con pensar en la factura que vendrá se nos cambia el color de cara. Intentamos encontrar soluciones domésticas para disminuir el gasto de nuestras viviendas, pero, aun así, las energéticas se las ingenian para incluir nuevas tasas y aumentar porcentajes de beneficios para sus accionistas a costa del sufrimiento de las familias.
Se nos pide por los dirigentes de las administraciones públicas que no derrochemos y en los shows televisivos políticos nos dan tutoriales para ahorrar energía por parte de expertos sin experiencia de nada, pero opiniones de todo. Lógicamente, aunque no nos indicasen que hay que evitar el excesivo consumo, sale de nosotros mismos el intentar bajar la factura eléctrica o de gas por el bien de nuestros ahorros.
Y más aún con la situación bélica de Ucrania, en la que cada día se convierte en una cuenta atrás hacia “el gran apagón” que predicen que sucederá en Europa. Países como Alemania, Austria, Francia o Reino Unido están ya informando a sus ciudadanos de cómo actuar y como subsistir al gran apagón energético con anuncios en medios de comunicación, dípticos casa a casa, mensajes en móviles, videos en redes sociales, …
Estamos en el año 2022. Toda Europa está sumida en el ahorro energético y miedo al gran apagón… ¿Toda? ¡No! Unos irreductibles españoles resisten, todavía y como siempre, al ahorro energético.
Como si fuese el comienzo del cómic de Astèrix, la realidad es que existen multitud de “aldeas” que viven al margen del resto de los españoles. Son los dirigentes de nuestros Ayuntamientos. A ellos les da igual si gastan más en iluminación navideña que en becas/ayudas para los niños/as que así lo necesiten de sus localidades, por ejemplo.
Y más en esta navidad, que es la previa antes de las elecciones municipales del próximo mayo de 2023. ¿Cómo se entiende que debamos ahorrar todos en nuestras casas mientras que el Ayuntamiento, que es de todos, se dedica a malgastar y derrochar en iluminaciones horteras y sin sentido?
Derrochar, según la RAE, es “malgastar el dinero u otra cosa”. Y utilizo este verbo para justificar mi afirmación. ¿No es más importante para todo un municipio que se pueda costear la luz de nuestras calles, la energía de los edificios públicos (ayuntamiento, guarderías, asuntos sociales, mercado de abastos, centros deportivos, almacenes municipales, colegios, bibliotecas, centros sociales, …) y aquellos servicios indispensables para el día a día de los vecinos de una localidad?
¿Deben los derrochadores poner durante un mes las luces de navidad en más calles y en más espacios públicos con un mayor número de días de duración? Con el consiguiente gasto que ello conlleva. Aunque saldrán diciendo que son tantos miles de luces LEDS, pero siguen siendo tantos miles de luces LEDS iluminando en una época que lo que menos se necesita es derrochar energía.
No hay pueblo en el que no se incremente el gasto en iluminación navideña este año porque suponen que la ciudadanía local necesita de forma imperiosa que le pongan una campaña o una estrella fugaz iluminada de forma repetitiva en todas las calles de su localidad.
Si preguntases al gobernante de turno por qué no ilumina de manera más efectiva e idónea el parque infantil de tu barrio o que arregle el penoso estado de tu calle que se está hundiendo por tramos, te diría que es muy costoso y que necesita una inversión que estarán estudiando desde que los dinosaurios pisaban la tierra. Y seguro que acaba diciéndote que lo van a incluir en su programa electoral si ganan las próximas elecciones, que no te quepa duda de que lo van a hacer, pero …. mañana.
Y para poner luces y, sintiéndolo mucho, altavoces de villancicos en bucle por los balcones de nuestras casas hay todos los años... haya carestía o no haya ni para pagar nóminas. Es por cuestión de lógica, de sentido común, que aquellos que tienen la responsabilidad de gestionar el dinero público que debe de ir hacia lo público, tengan la vergüenza de entender que si sus convecinos están mirando y reduciendo sus consumos energéticos por los altísimos costes que les supone y porque así lo aconsejan desde los distintos gobiernos, ellos como gobernantes deben también apretarse el cinturón público en cuestiones que no son meramente necesarias para sus ciudadanos y que destinen esas ingentes cantidades económicas a otras cuestiones más necesarias y demandadas por los vecinos de dicha localidad.
Y así cada navidad... Campaña sobre campaña. Y sobre campaña una. Asómate a la ventana. Verás las luces hasta en la luna. Tú vótame, campaña sobre campaña.
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