6-11-2022
Tengo la costumbre de mirar cada mañana las ofertas de empleo. En la mayoría de los anuncios, aparte de especificar los requisitos para optar al puesto, casi siempre, por no decir el noventa por ciento de las veces, aparecen las palabras contrato indefinido. También se pide que el aspirante se comprometa con la empresa, que sea una persona comprometida. Pues bien, el compromiso es algo muy serio, tanto en la vida personal, sentimental, familiar, como en el ámbito laboral. Pero para que haya un compromiso, primero ambas partes tienen que conocerse, tienen que demostrar que están listas para emplear y para trabajar. Insisto, ambas partes deben superar ese periodo de prueba, trabajador y contratante.
El contrato indefinido tiene truco y tiene trato. Ata a la empresa y ata al trabajador, pretende acabar con la temporalidad en el empleo, pero la temporalidad en el trabajo es muy importante, siempre que no se perpetúe, sobre todo cuando ambas partes tienen que demostrar buena fe, el trabajador y la empresa o el empresario.
El empleado, una vez que firma ese contrato, no tiene más remedio que seguir trabajando, sean cuales sean las circunstancias de ese empleo, esté o no esté contento con el salario real y el horario real, porque si él decide que la empresa no ha superado el periodo de prueba se tendrá que marchar con una mano delante y otra detrás, sin derecho a paro, sin opción a nada ante una paisaje laboral desértico, dónde el trabajo digno por el que lucharon anteriores generaciones escasea o es siempre un mito.
De manera que debemos decir no al contrato indefinido de antemano. Lo ideal sería que ambas partes firmaran un contrato de un mes, si durante ese tiempo alguna de las partes no cumple con lo acordado, el trabajador podrá no continuar sin perder su derecho a paro mientras busca otro empleo. Y la empresa podrá incorporar a otro. La libertad empodera, lo sé por experiencia.
¿Vas viendo el truco dentro del trato? El empresario recibe una serie de bonificaciones por cada contrato indefinido, bonificaciones en los seguros sociales, además de una cantidad importante, y aquí es donde está el truco tras el trato. Por ello, aprovechando la cercanía de la fiesta de Halloween hago este juego de palabras “trucontrato” indefinido. Detrás del contrato indefinido hay un truco y un trato y da pánico, da terror.
Cierto es que habrá personas que opinen que, ante circunstancias en las que no se cumplan los horarios, no se bonifiquen las horas extraordinarias o no se cumplan las medidas de seguridad, el trabajador debería denunciar, pero denunciar es una palabra mayor.
La inmensa mayoría de los trabajadores no están afiliados a sindicatos y, por otra parte, no tienen poder adquisitivo para costear un abogado. Los trabajadores quieren trabajar, ganar lo que les corresponde y trabajar cumpliendo la normativa. Creo que no es tan difícil, pero viendo el panorama, me está empezando a parecer imposible.
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