2022-11-20


Lo queremos todo en la puerta de nuestra casa y lo queremos ya. Pero para que todo llegue es necesario un conductor profesional capaz de recoger esa mercancía y transportarla como se merece. Digo conductor profesional y no camionero porque hay una gran diferencia. El camionero es la persona capaz de conducir un camión, el conductor profesional, no sólo es capaz de conducirlo, sino que además sabe estibar la carga para que no sufra durante el transporte y es responsable en la conducción para evitar así accidentes y muertes en la carretera.

Cuando conduzcas lo reconocerás porque no te llamará la atención, su camión circula a la velocidad adecuada, de modo que no superará los noventa kilómetros por hora en autovía ni los ochenta por las secundarias. El conductor profesional hace su trabajo y además facilita la circulación de los demás vehículos, no acelera cuando ve que vas a adelantarlo, su vehículo no hace pequeños zigzags porque va pendiente de la conducción en todo momento y no usa el teléfono al volante. Al camionero sin más, lo reconocerás al momento por que hace todo lo negativo que acabo de describir, y si es posible simultáneamente.

Pero al conductor profesional hay que cuidarlo mucho más. El mito de vivir en la carretera es peligroso para todos, no es romántico pese a los atardeceres y además es una forma de esclavitud que está pasando aquí cada día, en España, en Francia, en Alemania y en Qatar, que no hay que irse tan lejos para denunciar la esclavitud laboral.

¿Cómo habría que hacerlo para que la conducción profesional deje de ser un ejercicio de esclavitud? Sencillo, es muy sencillo y ya está inventado: Compensar las horas extraordinarias.

Pongamos como ejemplo un trayecto de Algeciras a Barcelona. Trayecto de 1.106 kilómetros. Un camión no puede superar los 90 kilómetros por hora en autovía. Por tanto, este mismo camión tardaría 12 horas de rodaje en completar este trayecto, redondeando y suponiendo que no hubiera retenciones y las condiciones climatológicas fueran perfectas.

Salvo excepciones en las que no vamos a entrar, teniendo en cuenta que no se pueden superar las 9 horas de conducción diarias y que estás deben llevar intercalados unos tiempos de descanso que terminan sumando 1 hora y quince minutos tendríamos 10 horas y cuarto de conducción y aún nos quedaría 1 hora y tres cuartos para llegar al destino. A esto le sumamos las 11 horas de descanso reglamentarias y tenemos 22 horas y cuarto, casi un día completo.

Pues bien, si la jornada laboral en España es de 8 horas diarias, todas las demás, hasta llegar a las 24 horas (por que no olvidemos que si tardas 22 horas en llegar a Barcelona tendrás que dormir en el camión y que esas horas también son horas de trabajo) hay que pagarlas y compensarlas. Compensando esas horas extraordinarias tendríamos una flota de conductores profesionales que trabajan varios días seguidos y descansan los que les corresponden. Ya lo hacen los bomberos, lo hacen en hospitales… ¿acaso la seguridad en la carretera no es tan importante?


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