![]() |
Lo queramos o no, todo cambia. Evolucionamos porque nosotros nos concebimos como parte de la Creación a pesar de que nos creamos haber hecho “enroque con la torre y el Rey” y que… |
2023-05-21
Lo queramos o no, todo cambia. Evolucionamos porque nosotros nos concebimos como parte de la Creación a pesar de que nos creamos haber hecho “enroque con la torre y el Rey” y que con esa jugada maestra percibimos que continuamos siendo los mismos. Nada más alejado de la realidad.
Todo cambia dependiendo desde el lado del prisma o con el color del cristal que se mire la verdad de cada quién. Un buen razonamiento sobre este pensamiento es que existen tantas versiones y verdades de un suceso, evento, o acontecimiento como personas estén presentes o hayan tomado parte en él.
Y esa es la misma sinergia de la historia, de quienes la escriben moldeando con la dialéctica, esto o aquello otro, tergiversando en favor del interés que así considere beneficiar. Y todo por no entrar en profundidades, por obviar el origen y formar parte de la toxicidad que tan de moda está en esta sociedad tan ecléctica.
Denostar es fácil, solo depende del bando en el que nos hayamos decidido posicionarnos sin valorar que hacer la vista gorda haciendo un papel que no nos llegamos a creer por pensar que no nos incumbe y que tenemos hilo directo con el bando ganador.
Esta mañana —por el miércoles, 17 de mayo—, una persona muy sabia, me ha dicho que debía haber elecciones todos los meses como poco. Comentario que ha hecho al hilo de que al salir de la tienda de ultramarinos del barrio (de las que ya quedan pocas) con dos paquetes de café.
Al tiempo que guardaba los paquetes de café en la bolsa de la compra cortaban la calle con unas señales de tráfico, pues maniobraba una máquina para asfaltar el tramo de la calzada.
Y es una realidad que los políticos parecen afanarse con mayor intención solo en tiempo de elecciones, invirtiendo a ojos de los contribuyentes su tiempo y su dinero con prisas y tarde.
Mientras el señor con chaleco fluorescente que sujetaba la señal de stop para detener el tráfico, se cubría la cabeza con un sombrero de paja, una señora le pedía al tendero le diese unos cartones para proteger la entrada de su casa de manchas de alquitrán diciendo que la calle se iba a quedar más bonita, a lo que el tendero le lanzaba un improperio maldiciendo que el asfaltado dejaría una vez más mucho que desear, porque así es la vida.
Y digo yo, ¿quién tiene potestad para saber y testimoniar cómo es la vida? Creo que sería de mayor salubridad tener consciencia de que aquí todos somos aprendices y no maestros, pero para llegar a ese nivel nos quedan muchas vidas por expiar.
El poder corrompe. El poder transforma. El poder destruye y desvirtúa.
El poder lo cambia todo a pesar de que a vista de unos y otros; todo sigue igual.
Para dar tú opinión tienes que estar registrado.