... Este nuevo desastre no se llama Prestige, catástrofe que sucedió hace 20 años, esta nueva calamidad se llama Toconao.

2024-01-14

 

Prestige, Toconao…

 

El diálogo con el entorno es muy amplio, pero lo que sí está claro es que siempre da comienzo con el respeto del hábitat, o al menos así debe de ser.

Resulta que existe un buque que fue bautizado en el año 2013, que está surcando los mares con el nombre de Toconao, siendo su cometido el de atravesar los mares como un portacontenedores. Su armadora es la empresa POLAR 3 LTD, y se encuentra inscrito en el paraíso fiscal, allende los mares de las Islas Bermudas y para más inri navega bajo bandera liberiana. Curioso, cuantos términos alberga un buque.

Lo peor es que esta historia, la del Toconao, comienza cuando el día 8 de diciembre del pasado 2023, estando España en plena fiesta nacional, este buque vierte, pierde, derrama, esparce o expulsa a 40 millas náuticas de la costa portuguesa 26,3 toneladas de pellets.

Los pellets son pequeñas bolitas de plástico, material que es considerado como materia prima para producir más materiales plásticos de los que ya hay producidos.

Este material plástico, conocido como “granza” son denominados PET, PE o PP. Todos estos contaminantes han sido vertidos al mar y lo peor es que su descomposición es imparable, solo es cuestión de tiempo, incorporándose en la cadena alimentaria sin retorno al buque o a los contenedores de donde salieron. 

Este nuevo desastre no se llama Prestige, catástrofe que sucedió hace 20 años, esta nueva calamidad se llama Toconao.

¿Y digo yo, qué hacía ese buque surcando el océano Atlántico? ¿De qué puerto venía? ¿Cuál era su itinerario o puerto de amarre?

Pues son tres preguntas sin contestar que de forma terrible está afectando a la costa gallega, de nuevo, y también a la cantábrica y a la vasca. Terribles noticias.

Todo es un negocio en este mundo tan obtuso. Para ello informaré que 1000 kilos de estas bolitas de pellets cuestan 190 euros en el mercado. Calderilla para algunos. Pero el coste animal, humano, vegetal, tanto de las aguas como de la cadena trófica, tendrán un coste demasiado elevado porque no habrá enmienda. Por lo que su coste será infinito e incalculable.

Decía el barón de Montesquieu, que la responsabilidad de una palabra dicha, mitad corresponde a quien la pronuncia y mitad a quien la escucha. Por lo que en este diálogo para rescatar los pellets de las playas españolas deberían de dejarse de torpezas quienes tienen la responsabilidad de salvar y cuidar de nuestro entorno, que es el de todos, porque los pellets vertidos al mar no van a frenar su derivación en tamaño mientras ellos no frenan sus ataques partidistas inútiles arrojándose excusas llenas de soberbias y arrogancias. 


 

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