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2024-02-25
Lo que gusta una fiesta
Un sabio me decía que todos los refranes trabajan, y bien cierto que es. Comprobación hecha con ese refrán que dice: “Que las penas con pan son menos”. Este dicho refleja de forma fenomenal la paradoja de que los problemas y vicisitudes cotidianas se alivian con entretenimiento. Y eso es lo que está sucediendo de forma concatenada.
¿Será porque este año 2024 es bisiesto?
Pues manos a la obra que el trabajo se nos acumula.
En este nuevo año, todas las fiestas vienen seguidas unas tras otras, amén de las celebraciones de las comuniones y bodas que también necesitan su hueco en el calendario y que ya van calentando motores y casi pisándose los talones, sobre todo con los preparativos.
Esta misma mañana, una madre pedía al encargado de la copistería del barrio que le imprimiese el número de etiquetas necesario para acompañar y adornar los regalos de la comunión de su hija para que no se le retrasasen los planes con la venidera Semana Santa. Y es que todo va muy rápido.
El final de las Pascuas nos la pintaban muy oscuras. Auguraban una cuesta de enero más encarecida y recortada en el poder adquisitivo de la cesta de la compra, mucho más empinada que nunca, y cierto que es, pero el entretenimiento de las fiestas con sus preparativos está produciendo una sensación anestesiada de la cotidianeidad… Ese “calendario fiestero” con todos los planes de los arreglos ha suavizado la subida del desnivel.
Da igual que haya habido cortes de carreteras, que las tractoradas se hayan dejado ver, y que las reivindicaciones de los agricultores lleven toda la razón de este mundo y de todos los mundos habidos y por haber. Todo sigue igual. Porque el mensaje escrito en un cartel que dice así: “No muerdas la mano que te da de comer” o el de “Nuestro fin será vuestra hambre” son frases certeras, claras y concisas que han unido a los agricultores de España y de Alemania con el mismo sentir e iguales reivindicaciones para quienes trabajan en el campo, los agricultores.
Las rebajas, también han ayudado a digerir el mal trago de la cuesta de enero, por supuesto, porque dice una vecina: “Eh, nenas, nada de estar cabizbajas que hoy nos vamos de rebajas”. “El cerebro es débil… y las rebajas lo saben”, claro que lo saben.
Y a todo esto, y a toro recién pasado, el del carnaval, por supuesto, diré que la gente se ha echado a la calle, con brillos, luces, músicas y mucho humor, sobre todo con ganas de pasarlo bien, que también hace falta para tragar las ruedas de molino. Y todo ello y al mismo tiempo asistiendo a los Vías Crucis y exposiciones religiosas, porque la Semana Santa ya está aquí. Ya procesionan los Vías Crucis. De una ermita a otra. Las autoridades en primera plana.
La que se nos viene encima, preparad el bolsillo. Y no solo por las alergias, que ese es otro daño colateral de la primavera. Todo viene seguido. No da tiempo a descargar tantas fotos, audios, videos, de tanto evento. Todo va muy deprisa. Aún no le ha traspasado turno al servicio de limpieza municipal a higienizar los restos de confeti de las calzadas y de las aceras, cuando ya los tronos huérfanos de santos portados por costaleros ensayan y acostumbran las cervicales a los kilos de peso extra que van a tener que soportar con devoción.
Y para más inri, que ya están hablando de las casetas de las ferias. ¡Lo que gusta una fiesta!
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