CARMEN MARÍA FDEZ-KOFBLER CASAS-NEFF 

"acotando el uso en efectivo en billetes de 50, de 20 y de 10 euros, 

2025-09-07

Libertad, ¿en serio?

No es nada nuevo decir que habitamos en una sociedad muy consumista. Sociedad en la que nos han ido guiando y encauzando por las veredas diseñadas a golpe de rutilantes tácticas. Hechos que nos están cambiando el concepto de vida que teníamos.  Un cambio tan grande y rápido que sus asimilaciones se nos están acumulando con una pesada y dura digestión.

Una pregunta: cuando van a sacar dinero del banco (una cantidad de cuatro dígitos o mayor), ¿se han fijado en qué tipo de billetes les ofrecen recibir el reintegro?, por supuesto después de anotar la cantidad que desea retirar.

Antes de seguir con mi disertación, haré el inciso de que habrán podido darse cuenta de que los billetes de 500 y 200 euros ya están fuera de circulación. Yo diría, desaparecidos más bien. Y los de 100 euros van por el mismo camino, pues ya están casi extintos. Y ¿por qué, se preguntarán?

Pues resulta que están acotando el uso en efectivo en billetes de 50, de 20 y de 10 euros, para que dicho bien en papel desaparezca paulatinamente en pro del dinero de plástico, que supuestamente, será el más utilizado comúnmente, pues los lingotes de oro, y las criptomonedas, no estarán al alcance de los ciudadanos de a pie.

Deben de concebir que, en esta sociedad consumista, tener control es tener poder. Entendiendo esto, les diré lo evidente. Cuando pagamos con tarjeta de crédito, en el repostaje del automóvil, en la compra del supermercado, en el pago del taxi, en el uso del transporte público, y así en cada uno de nuestros pagos cotidianos que hacemos, incluso en la más básica compra de una barra de pan, habremos dejado el rastro que generará el algoritmo cargado de la información que les dará más poder al poder. Sabrán que hemos hecho, cuando, donde y sobre todo cómo. Pues el dinero en efectivo, una vez retirado, no deja rastro, por lo cual cero controles. El dinero en efectivo no le interesa al poder.

Pero entraremos por el camino del dinero de plástico, del Bizum, de los bitcoins y de las cripto monedas. Ya lo creo que sí. Todo está diseñado. Ya nos han enseñado que el lujo son relojes caros, joyas, coches de élite, vestimentas de firmas, mansiones de dimensiones que ni siquiera las hemos visto con nuestros propios ojos ni veremos jamás, pero, si nos han marcado con etiquetas productos como lujo para que veamos lo inalcanzable. Como la zanahoria a un burro. Y esos cebos son para que todo el mundo desee vivir de forma opulenta, y haga lo imposible por vivir en el mayor lujo posible, aunque sea superando sus posibilidades, y las de los que vienen detrás.

Hemos perdido el Norte. Totalmente.

Pensándolo bien, aclararé que he escrito este artículo, por una conversación, en la que yo defendía que el verdadero lujo está en comer con tiempo, elaboración artesana, y productos de kilómetro cero. Que es un lujo descansar y dormir toda la noche sin sobresaltos e insomnio por preocupaciones y desasosiegos. Y soy ferviente defensora de que el verdadero lujo está en disponer de tiempo para ti. De que el verdadero lujo está en tener paz. No tener estrés, estar con quien quieres estar y sobre todo en tener la conciencia plena de que no te estás engañando a ti misma-o de forma cínica.

Y nos dicen que vivimos en libertad… Libertad ¿en serio?


 

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