23-10-2022
Una manipulación en toda regla vistiendo toga en la judicatura, o calzando zapatillas en casa, es cuando te culpan por tu reacción a su falta de respeto. Este mundo está totalmente confundido, por ello se llaman a engaño esas personas que con la balanza de la justicia pendida de su mano y agitando el dedo acusador manipulan todo aquello que consideran oportuno creyéndose engolados de sabiduría como unos poseídos.
El caso que hoy me tiene inmersa en este artículo es en el de una condena, que, bajo mi humilde opinión, no le hace justicia la frase hecha de que “Nunca es tarde si la dicha es buena”. Sí que es tarde, claro que sí. Victoria Rosell, una mujer, juez, que allá por 2015 decidió presentarse libremente en la candidatura para unas elecciones generales representando a Unidas Podemos, fue dañada públicamente por acusaciones, denostaciones, maniobras. Estos actos levantaron tales ampollas en su vida personal y pública que la candidata decidió desandar el camino como parlamentaria, porque su colega el entonces juez Salvador Alba la difamaba. A pesar de que se llegó a demostrar que todos los testimonios eran falsos en varias investigaciones desistió.
Parece ser que a veces funcionan bien los engranajes de la justicia en este país, y Salvador Alba, hoy exjuez ingresó en la cárcel el pasado martes 18 de octubre de este año, por un auto dictado en la tarde del lunes, por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) el cual ordenaba “la búsqueda, detención e ingreso en prisión con inmediatez”.
El exjuez eligió el centro penitenciario conocido en Gran Canaria por El salto del negro, aunque está registrado como Las Palmas I. Este personaje ya fue condenado a seis años y medio de prisión por conspirar en contra de su colega la juez Victoria Rosell. Pero ha ido retrasando su entrada con una recusación en contra de Juan Luis Lorenzo Bragado presidente del TSJC. Dicha pena fue confirmada en 2021, además de dieciocho años de inhabilitación por los delitos señalados en el documento oficial como son prevaricación judicial, cohecho, y falsedad en documentos oficiales.
Pero este exjuez se resignaba a cumplir condena y alegó una “dolencia renal mortal en potencia” para viajar hasta la península. Pero nada le sirvió ante la orden emitida para que ingresara en prisión en el plazo de un día.
Después de casi siete años, la juez y política española, Victoria Rosell, ha sido puesta en valor públicamente y con justicia, para que su lucha no sea papel mojado, olvidado y así dar ejemplo por mucho que haya costado. En la actualidad ostenta el cargo de delegada del Gobierno contra la Violencia de Género.
He de decir que estudios recientes han comprobado que las idas y venidas de cada quien de cualquier lugar pueden suceder sin tener que anunciarlas de cara el público, pero he considerado que este logro merece ser compartido cuanto más mejor porque alberga la esperanza de que aún existen resquicios por donde se filtra la verdad escapándose de las garras torticeras misóginas y triunfa la justicia.
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