2022-12-18
Navidad es la conmemoración del nacimiento de “Jesús”, es la mayor fiesta para la Cristiandad, junto a la Pascua de Resurrección, no solo para los cristianos, sino también para la Iglesia Anglicana, algunas Comunidades protestantes y la Iglesia ortodoxa, Navidad es una fiesta aceptada en todo el Mundo.
La elección del 25 de diciembre no es algo unánime, en algunas comunidades no católicas, lo celebran en días diferentes, no existe un registro, ni en las Sagradas Escrituras se habla de fecha concreta, es la deducción de una serie de hechos y acontecimientos de la época y parece ser, es la fecha que más consenso creó, fijándose esta fecha en el año 221 de “nuestra era”.
Que JESÚS es el personaje más relevante e importante de la historia, parece que nadie duda, para los Cristianos es el MESÍAS, el Hijo de Dios en la Tierra, para el resto, un personaje histórico que cambió el mundo, el calendario que actualmente tenemos se fija con su nacimiento como referente, la cultura occidental está basada en su “credo” y muchos de las reivindicaciones que ahora se hacen, ya fueron promulgadas por Jesús en su época, en un entorno social, político y económico totalmente adverso, como es la igualdad de las personas, la defensa de la mujer, la defensa de los pobres y desvalidos, la defensa de la vida y la dignidad de los seres humanos.
El espíritu de la navidad es un hecho incuestionable para la inmensa mayoría de las personas, cambia nuestra forma de vivir, pensar y relacionarnos, somos más solidarios, humanitarios, caritativos, fraternales y familiares, es una tregua tanto laboral, de conflictos personales, familiares e incluso bélicos, una pausa de paz.
Sin embargo, el ser humano se ha encargado de ir dando a la NAVIDAD un tono comercial, consumo, vacacional y gasto incontrolable, que agrava la situación económica de las familias, aunque con las Rebajas intentaron ayudar, pero en realidad lo que se pretendía es seguir animando al consumo.
Dicen, que vivimos una crisis de FE, que cada vez somos menos los creyentes católicos, hay quien resalta los errores de la Iglesia, buscando el declive de una creencia que no gusta a ciertos sectores del poder y de la política, sin embargo, yo no creo en esa crisis de FE, yo creo en una fe más autentica, tal vez más minoritaria, tal vez en un aumento de creencia popular, que está llamando a una nueva evangelización en zonas tradicionalmente creyentes, la comodidad, la sociedad de consumo y de la diversión siempre han sido enemigas de la FE.
Yo, en lo que no creo es en el ATEÍSMO, en la falta de fe total, en la vida sin esperanza, en la ausencia de “todo”. La fe es creer en aquello que no se puede ver ni demostrar, la duda es normal, fortalece la fe; la ausencia de ese “credo” es el abismo, el vacío.
El tiempo de la NAVIDAD es el tiempo de la Esperanza, es el tiempo de lo mejor del ser humano, es el tiempo de la solidaridad y eso tiene un solo responsable, un NIÑO que nació en BELÉN hace 2.022 años y todavía tiene vigente su mensaje de AMOR como principio de vida.
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