La prensa es un valor fundamental en cualquier sociedad, pero mayor en una sociedad democrática, siempre que sea “libre” y no se avenga a servir los intereses de sectores de poder político y económico, difícil siempre, pero más en la actualidad.
2023-01-15
Cuando hace unos meses, alguien me invitaba a participar como colaborador en “Libreopinante”, yo desconocía de qué iba la propuesta, solo sabía que había leído algunos artículos, de quien me lo proponía, en RRSS y la cabecera era “LIBREOPINANTE” y vi en la propuesta un cauce a mi afición por la escritura y una salida a mis reflexiones sobre actualidad y sobre temas de la vida.
De hecho, mi primera colaboración la envié sin “haberme” metido en el interior de su edición y sin saber la filosofía del proyecto y cuáles eran sus objetivos, aunque el nombre me revelaba con meridiana claridad parte de los mismos.
Fue luego cuando supe que el origen fue un blog personal que se ha estado publicando durante casi 8 años y que fue el 15 de agosto del año 2021, en plena pandemia del COVID-19, cuando se le quiere dar un nuevo impulso como periódico digital de edición quincenal y siempre desde la educación y el respeto, sin discurso del odio y teniendo como base el artículo 19 de los Derechos Humanos, que dice:
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Es un proyecto altruista, sin ánimo de lucro, difícil de mantener en una sociedad como la que vivimos, pero encomiable la intención e ilusionante para los colaboradores y espero que para los lectores.
La prensa es un valor fundamental en cualquier sociedad, pero mayor en una sociedad democrática, siempre que sea “libre” y no se avenga a servir los intereses de sectores de poder político y económico, difícil siempre, pero más en la actualidad.
Tenemos con demasiada frecuencia noticias de periodistas perseguidos por su labor de información y de opinión, a veces no demasiado lejos de nuestro entorno, y la historia nos muestra servicios periodísticos fundamentales para la consolidación y limpieza democrática en diversos países del Mundo.
Cada día nos desayunamos con columnas de opinión de periodistas de gran prestigio profesional y con editoriales que marcan trayectorias y formas de proceder en la vida pública y es de agradecer el servicio social que ello presta.
En los últimos tiempos las publicaciones digitales están ganando la partida a las ediciones de papel y así seguirá siendo cada vez más en el futuro, siendo salvaje la guerra por conseguir suscriptores y patrocinadores publicitarios que mantengan las estructuras empresariales de todas las cabeceras existentes antiguas y las nuevas que han surgido en los últimos tiempos.
Por ello, encontrar una cabecera como “LIBREOPINANTE” que toma de referencia el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el respeto y la educación como norma de actuación es plausible y digno de apoyo.
No es un proyecto fácil, al contrario, se vislumbra una idea difícil y ambiciosa y no exenta de dificultades, será el tiempo quien vaya orientando el camino a seguir y como salvar los problemas que seguro se presentarán, espero que mantenga siempre esos valores de LIBERTAD de OPINION que su cabecera nos indica.
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