"En un plazo relativamente corto de tiempo hemos asistido a la degradación de los productos y servicios de los que tenemos acceso. Es difícil precisar quien tiene la culpa de esa bajeza. Los algoritmos están desempeñando un papel cada vez más importante en nuestras vidas."

2023-02-12


Si no prestamos demasiada atención a su verdadero propósito, TikTok nos parecería un servicio inocuo. Se trata básicamente de un zapping para idiotas, donde se copian unos a otros, bailecitos absurdos, doblajes estúpidos y desafíos sin sentido. Para mantener al espectador enganchado, TikTok en teoría emplea un algoritmo que ordena los videos que ves a continuación en función del interés que has mostrados previamente. Si has estado más tiempo viendo una receta de pularda al Cabernet Sauvignon, o has comentado ese video, o les has dado al lique, en teoría existen más posibilidades que los próximos videos contengan recetas de cocina. Sin embargo, TikTok es una empresa china y no hay ninguna forma (imposible), que un fenómeno global de esa magnitud haya salido de china sin haber sido aprobado, escrutado y tuneado hasta la saciedad por el gobierno chino, que es uno de los más paranoicos y controladores del planeta.

TikTok es una colosal máquina de adoctrinamiento. Si nos conectamos desde Europa veremos una sucesión de chavales (y no tan chavales) haciendo bromas, tonterías, exhibiendo su sexualidad temprana, o riéndose de los mayores. Sin embargo, si lo hacemos a su versión china, Douyin, desde china veremos a jóvenes protagonizando historias de superación, ganando medallas, interpretando instrumentos musicales, mostrando sus habilidades caligráficas, respetando a sus mayores o realizando gestas heroicas.

La app del mercado chino tiene filtros que limitan su uso a cuarenta minutos de forma continua y a las 22:00 se desconecta para los jóvenes, y así, de este modo tan sutil una app que parece pensada solamente para entretener se convierte en una poderosa herramienta para modelar la conducta de la juventud, simplemente obligando al algoritmo a mostrarte unas series de videos u otros. Una mano oscura como la del gobierno chino puede crear un ejército de jóvenes preparados para tomar el mundo y otro para dejarse sodomizar sin oponer resistencia alguna.

Cuando se habla de las amenazas de la inteligencia artificial, lo primero que se nos viene a la mente son las imágenes de Matrix y la del apocalipsis en nuestra civilización ocasionado por los robots. También tenemos la visión de un futuro previsible en el que los algoritmos de inteligencia artificial se hacen cargo de todos los trabajos y empujan a los humanos a una lucha por la supervivencia sin sentido, en un mundo donde el trabajo humano ya no es necesario, si algunas de esas amenazas o ambas es un motivo de especulación constante, pero los algoritmos de inteligencia artificial también plantean amenazas más inminentes que existen en la actualidad en formas que son menos notorias y apenas comprendidas.

En un plazo relativamente corto de tiempo hemos asistido a la degradación de los productos y servicios de los que tenemos acceso. Es difícil precisar quien tiene la culpa de esa bajeza. Los algoritmos están desempeñando un papel cada vez más importante en nuestras vidas. Desde emparejarnos con un conductor de Uber, buscar en Google restaurantes cercanos, hasta evaluar currículum de los candidatos para un puesto de trabajo o la pareja que vamos a tener en los próximos años. Los algoritmos se han vuelto totalmente omnipresentes, esta tendencia se irá haciendo más y más poderosa a medida que las corporaciones y los gobiernos continúen descubriendo el valor de la automatización y el Big Data. Un algoritmo es: un concepto relativamente sencillo, se trata de una cadena básica de instrucciones precisas para obtener un resultado homogéneo con unas premisas concretas. El algoritmo más sencillo que existe dice así: Si tengo sed, bebo. Hay otros ejemplos más complejos y despiadados. Imagínense, que va a solicitar un préstamo al banco, el empleado le pide los datos: su edad, cuánto gana al año y su capacidad de ahorro.

Siguiendo este algoritmo si usted tiene menos de cuarenta años y ahorra cerca de los 500 euros al mes, el crédito es concedido inmediatamente y sus ingresos son irrelevantes. Pero imagínese que tiene más de cuarenta años, al banco se le establece una incertidumbre porque tiene miedo de que usted muera sin pagar. Si su salario es menos de 180.000 euros brutos, pero consigue ahorrar al mes menos de 700 euros, no se lo van a conceder, pero si gana más de esa cantidad es irrelevante su capacidad de ahorro. Esta es una forma simplificada, porque las entidades bancarias hacen estos cálculos con muchísimos más datos. Los algoritmos están presentes en casi todo lo que existe a nuestro alrededor. Antes los problemas se solucionaban con la palabra, ahora, son los algoritmos de aprendizaje automático los que operan con patrones de lo que ocurrió en el pasado y hacen recomendaciones o toman decisiones para escenarios inciertos. Estos sistemas están diseñados para que interactúen con nosotros, pero los seres humanos somos impredecibles por naturaleza, generamos incertidumbre y ahí es donde empiezan los problemas. El problema real es cuando nuestras vidas estén dirigidas por maquinas imperfectas que no nos entienden y además no haya una verdad objetiva. Los seres vivos somos condicionados por medio del refuerzo y tendemos a repetir aquellas conductas que nos proporcionan un beneficio y evitamos aquellas que nos castigan. Para que un sujeto repita una actividad solo hay que premiarlo y si queremos que evite hacerlo, lo castigamos.

Pues las redes sociales y todo lo que hay a su alrededor funciona de una forma parecida. Los liques que recibimos nos dan un subidón de dopamina, detrás de todo eso están los “malditos” algoritmos que nos mantienen “enganchados” a las redes que nos automatizarán en un futuro no muy lejano (si no lo estamos ya). 


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