ANTONIO GUERRERO PÉREZ 

"Pero, (¡Ay!, el pero).

2024-09-22

 

Jaén, un mar de olvidos

 

Gritaba desaforadamente un concursante de un famoso reality de televisión hace ya casi un cuarto de siglo. “Quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza”— Eso es lo que debían pensar los 40.000 habitantes de la provincia de Jaén que han migrado en la última década. Según el Instituto Nacional de Estadística (INI) cerraba el año 2014 con 659.003 habitantes, mientras que el 2023 daba un censo de 620.242, dato demoledor. Con 13.496 km², Jaén es la décima cuarta provincia más grande de España en términos de extensión. Jaén cuenta con la mayor superficie de espacios naturales protegidos de España (304.175 hectáreas): 4 Parques Naturales, 3 Parajes Naturales, 2 Reservas Naturales, 5 Monumentos Naturales y 2 Parques Periurbano, con una variedad cinegética exuberante. Es la provincia de la Unión Europea con mayor concentración de castillos. El territorio cuenta con 237 fortalezas: 97 castillos, 126 atalayas y búnkeres y otras murallas y castros. Dos ciudades patrimonio de la humanidad (Úbeda y Baeza) que conservan intacto el hechizo de hace 500. Una extensión, toda ella moteada por doquier de arte, en forma de iglesias de todos los estilos y épocas, pinturas, retablos y un largo etcétera. Y por supuesto la mayor productora de aceite de oliva del mundo. Jaén es un “continente” envidiado, con contenidos de riqueza singular, fundada por los íberos en el siglo X a. C. Luego fue ciudad cartaginesa y también romana. Finalmente, a mediados del XIII la cristianizó el rey Fernando III. La ciudad de Jaén ostenta el título de “Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jaén, Guarda y Defendimiento de los Reinos de Castilla” y es conocida como la “capital del Santo Reino”. Ciudad regia donde las haya.

Pero, (¡Ay!, el pero).

Jaén es, asimismo, una de las provincias con mayor nivel de paro de España. En concreto, en 2020 la tasa de desempleo fue del 24 % de la población activa, mientras que en Andalucía la media se situó en el 22,3 % y en España en el 15,5 %. En suma, la tasa de paro de Jaén es casi 9 puntos porcentuales superior a la media del país. Además, el mercado de trabajo adolece de una fuerte temporalidad (el 97,75 por 100 de los contratos celebrados en 2020 tuvieron este carácter) y una acentuada estacionalidad (mayor ocupación en los meses de recogida de la aceituna y elaboración del aceite de oliva, es decir, de diciembre a febrero, principalmente). En una provincia con fuertes déficits de infraestructuras, la inversión en obra, pública, es muy inferior a la que se lleva a cabo por las diferentes administraciones públicas en el resto del país. En 2020, según SEOPAN (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras), la inversión en obra pública —estatal, autonómica y local— fue de 146 €/habitante, cifra que se elevó a 239 en Andalucía y hasta los 297 €/habitante en España. Ahora bien, Jaén es una provincia muy extensa, por lo que, si esta ratio la construimos con relación a la superficie, las cifras son todavía más esclarecedoras: en Jaén se invirtieron 6 840 €/km², en Andalucía 23 140 y en España 27 900, es decir, la inversión en obra civil y en edificaciones públicas fue en esta provincia apenas el 30 por 100 de la media andaluza y el 25 por 100 de la nacional. Desde luego, en Jaén no ha habido una discriminación positiva, sino todo lo contrario, a pesar del evidente atraso relativo.

Hace unos años nos enteramos de que el Ayuntamiento de Jaén comenzaba la preparación de un expediente técnico y administrativo para optar a que se ubicara en la provincia, y más concretamente en la capital, el denominado Plan COLCE (Plan de Concentración de los Órganos Logísticos Centrales del Ejército). Según se supo desde un principio, era un viejo proyecto que guardaba el Ministerio de Defensa desde hacía muchos años, pero que la anterior crisis —la Gran Recesión de 2008— había impedido desarrollar. La candidatura de Jaén, trabajada durante más de un año, gozaba de solvencia técnica, al haber contado con el asesoramiento del propio Ejército de Tierra; tenía prevista la financiación requerida y los terrenos óptimos para la implantación de este centro logístico; además, había concitado un apoyo prácticamente unánime de la sociedad jiennense Ayuntamiento de la capital —votaron favorablemente todos los grupos políticos—, Diputación Provincial, Junta de Andalucía —con el apoyo explícito del Parlamento autonómico, mediante votación plenaria—, Universidad de Jaén, Consejo Económico y Social —provincial y local—, Confederación de Empresarios, sindicatos e infinidad de asociaciones, colegios profesionales, entidades culturales y de la ciudadanía en su conjunto.

¿Por qué suscitaba tan unánime apoyo el proyecto?

¿Cómo era que en una ciudad y en una provincia, como la de Jaén, en la que el enfrentamiento y la disputa política —como en el resto de España— venían siendo la tónica general, el Plan COLCE levanta este impulso colectivo?

Las respuestas las encontramos, por una parte, en las cifras del propio proyecto: 1 600 puestos de trabajo directos y hasta 3 000 incluyendo el empleo indirecto, 351 millones de euros de inversión inicial, 500 millones de euros de movimiento anual de la base logística, relaciones con más de 1 400 empresas proveedoras y una inversión de 5 millones de euros en I+D+i, según prevé el propio expediente del Ayuntamiento de Jaén; por otra parte, era esta una inversión que venía a un territorio muy “castigado” históricamente. Tras un año de trabajo y de ilusiones, parecía que, en la disputa por hacerse con el centro logístico, tras haber descartado a otras varias ciudades que optaban al mismo, solo permanecían Jaén y Toledo, así como que —según declaraciones del propio alcalde de la ciudad— desde la Secretaría de Estado de Defensa se felicitó al ayuntamiento por el riguroso trabajo presentado y que, con toda probabilidad, sería Jaén quien albergaría tal infraestructura.

Sin embargo, durante la primera semana de febrero nos enteramos a través de las redes sociales de que el Plan COLCE había sido concedido a Córdoba, competencia con casi ni se contaba. Lo más grave del asunto es que la noticia llega mediante un Twitter de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, en el que comunica que el Plan COLCE va a su tierra —Córdoba—. La falta de transparencia y el “amiguismo”, y no los criterios técnicos y económicos, habían decidido la adjudicación de la infraestructura. Todo esto explica la gran contestación social que Jaén está protagonizando durante las últimas semanas.

El problema de fondo es que, en Jaén, como se suele decir, “vuelve a llover sobre mojado”. En efecto, la provincia y su capital fueron “ninguneadas” una vez más, como lo fueron en el diseño de la Alta Velocidad Española (AVE) y en tantos otros proyectos que ahora duermen el sueño de los justos.

Todo triste, muy triste.


 

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