05-06-2022

La portada del semanario británico The Economist, (The Economist Group es una compañía de medios de comunicación multinacional con sede en Londres, Reino Unido, que se especializa en diversos temas sobre negocios y asuntos internacionales. Se ha caracterizado, según los estudiosos, en predecir o “alertar sobre las problemáticas mundiales” venideras). En su número de mayo, nos presenta de una forma cruda y realista, tres espigas de trigo donde cada grano es sustituido por calaveras, advirtiéndonos sobre una

posible crisis alimentaria mundial. La atemorizante portada desató las dudas respecto al futuro próximo, luego del reciente conflicto bélico, la inflación y la crisis post pandemia que ha afectado a diversos países. Las preocupaciones sobre una hambruna generalizada no se han hecho esperar. Con el título "La catástrofe alimentaria que se avecina", el artículo destaca los principales motivos que podrían orillar al mundo a una hambruna masiva sin precedentes. El medio detalla que el conflicto bélico iniciado el 24 de febrero entre Rusia y Ucrania vuelve a golpear el sistema alimentario global; que se ha visto debilitado por la pandemia del Covid-19, el cambio climático y un "shock energético".

A todas estas situaciones, se suma la detención indefinida de las exportaciones de cereales y semillas procedentes de Ucrania. Lo que desencadenó que el precio del trigo en algunos países llegase a máximos históricos, disparándose por encima del 50%. Rusia y Ucrania exportan al mercado mundial el 15% de maíz, 28% trigo, 29% cebada y el 75% de aceite de girasol. Y, por si fuera poco, los precios de dicho cereal continúan encareciendo luego que la India haya suspendido "con efecto inmediato" las exportaciones de trigo debido a que las altas temperaturas de las últimas semanas han mermado la productividad de la cosecha, haciendo cada vez más posible la llegada de una hambruna generalizada. Cabe señalar que el secretario general de la ONU, António Guterres, confirmó recientemente que los próximos meses amenazan "el espectro de una escasez mundial de alimentos", una situación que podría llegar a prolongarse durante años.  Distintos economistas refieren que, en las cadenas de producción de alimentos, las alzas del trigo y del maíz implicaría un incremento considerable en los alimentos cárnicos y procesados. Solo las exportaciones de alimento de Ucrania sustentan a 400 millones de personas en todo el mundo. El costo de los alimentos básicos ha elevado el número de personas que no pueden estar seguras de obtener lo suficiente para comer, de 440 millones a 1600 millones. Según la revista, 250 millones está al borde de la hambruna, y esto es solo la punta de iceberg. Bajo este paradigma se establecen muchas variables posibles una de ellas y sin duda la más probable sea la migración impulsada por el hambre, una gran oleada hacia Europa desde África y Oriente Medio infinitamente más caótica que la migración de millones de ucranianos provocada por la invasión rusa. Uno de los objetivos prioritarios de Putin poco difundido es el bloqueo de todos los puertos de Ucrania, donde hay “atascadas” 20 millones de toneladas de trigo. Con ese as y siendo Rusia el principal productor de fertilizantes a nivel mundial, la diabólica “pinza” del desabastecimiento está cerrada, y, además, si a esto unimos que la compañía noruega Yera ha reducido al 45% la producción de amoníaco y de urea elementos necesarios para la producción de abonos por elevado incremento de los costes de producción, la tormenta perfecta está servida. Como todo está unido globalmente, lo siguiente en tambalear será el sector cárnico, ya que no habrá cereal para dar de comer a los animales. Los ganaderos estiman en 45 días el tiempo máximo de reservas para aguantar esta telúrica situación. Bajo este prisma, la subida de precios será incontenible. Todo esto aderezado con la sistemática subida del precio de la energía en todos sus formatos que empuja inconteniblemente la subida de la infracción, que en España ya roza el 9%. Según la oficina estadística Eurostat el IPC de los 19 países de la moneda única ha roto en marzo una nueva barrera al escalar hasta el 7,5% con respecto al mismo mes del año anterior. El ritmo de la inflación en el resto de los países miembros sigue una tendencia ascendente que ya había dado en febrero señales de estar fibrilando, elevándose hasta un 5,8%, una cifra que ya entonces no tenía comparación en la serie temporal. Hoy es 1,6 puntos más alta. Es ya el cuarto registro histórico consecutivo para la zona euro. Y, con un 2,5% se trata también de la mayor subida intermensual desde la creación del euro en 1999. ¿Nos acercamos a una hiperinflación exacerbada? Solo como un dato histórico os contaré el caso más salvaje de hiperinflación que se recuerda fue en Hungría en 1946, un país que había sufrido la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Los precios se duplicaban cada 15 horas, y el banco central del país llegó a imprimir billetes por valor de 100 trillones (sí trillones) de pengós, la moneda de aquel momento. En un escenario como este, que no tiene atisbo de solución inmediata sino todo lo contrario, mi pregunta es: ¿No estaremos en la antesala de una forzosa desglobalización? Porque como en antaño se vuelven a perfilar dos grandes bloques geopolíticos y estratégicos Estados Unidos y Europa frente a China, Rusia y allegados.

To be continued…

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